El Real Pendón de la
Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas.
Por Bernardo del Hoyo Calzada.
En la Muy Noble
y Leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas a treinta de agosto de 1593,
en cabildo se acordó lo siguiente:
“….que por cuanto el día en que se descubrieron estas minas,
de donde procedió su población, fue el día de la Natividad de nuestra señora
santa María siempre virgen madre de nuestro señor Jesucristo, y con particular
devoción que los moradores siempre le han tenido y tienen, informado de ello su
majestad del Rey don Felipe II nuestro señor, al tiempo que hizo merced a esta
ciudad de que lo fuese la llamó e intitulo y mando que se llamase la Ciudad de
Nuestra Señora de los Zacatecas por ser en la comarca de la tierra que poblaba
la nación zacateca, y para que en todo tiempo esta divina Señora sea loada,
acordaron y mandaron unánimes y conformes que esta ciudad para ahora y para
siempre jamás celebre su fiesta de la Natividad de nuestra Señora su propio día
en el mes de septiembre que la santa iglesia lo celebra y en el día de su
vísperas, habiendo esta ciudad señalado el regidor que le pareciere saque y
lleve el pendón de esta dicha ciudad con la imagen de la dicha Señora y las
armas de esta dicha ciudad, y toda la justicia y regimiento de ella vallan en
forma de ciudad a la iglesia mayor de ella y lo propio el día de su festividad,
y vayan en la dicha forma y se hallen y asistan presentes a lo oír y ver
celebrar las dichas vísperas y misa que se ordena desde luego y mandan se diga
con toda la solemnidad que fuere posible, y para que en todo se muestre el
regocijo de tan celebre día se ordene que todos los vecinos, estantes y
habitantes en esta dicha ciudad se regocijen y hagan máscaras y corran toros el
día que hubiere lugar dentro de su octava, y por la ciudad y este regimiento se
ordene siempre se hagan los regocijos que le pareciere más cómodamente se puede
hacer de juegos de cañas, torneos, justas o sortija, lo que mejor puedan hacer
de ello, o todo mejor que pudieren, y de los propios de esta dicha ciudad se dé
de limosna a los beneficiados, curas, capellanes y clérigos, que en la dicha
iglesia mayor de esta ciudad hubiere, tres marcos de plata quintada para las
dichas vísperas, misa y procesión que el dicho día han de hacer con toda
solemnidad, y el dicho pendón ha de ser azul, para que en todo tiempo se guarde
y cúmplalo que es dicho así lo proveyeron y mandaron. Y el dicho pendón lo
saquen los regidores que fueren por su antigüedad, sucesivamente cada año al
que le cupiere, y es declaración que los gastos que se hicieren en esta
solemnidad y fiesta sea de los propios y rentas de esta dicha ciudad, y no los
teniendo estos propios y rentas sea a costa del regidor que le cupiere el
llevar el dicho pendón, a quien se le encarga lo haga con la solemnidad que
fuere su posible pues resulta en gloria y honra de Dios nuestro señor y de su
bendita madre, particular patrona y abogada de esta dicha ciudad, advirtiéndose
que el dicho día a la hora que se acostumbra en la misa se diga sermón y se
convide para ello el padre que a la sazón en esta ciudad más docto asistiere. Y
así lo ordenaron y mandaron. Ruy García de Ortega. Mateo del Rio. Alonso
Caballero. Don Hernando de Velasco. Don Diego Ruiz de Temiño. El bachiller Gonzalo
Valadez. Rodrigo Martínez, escribano público. (Rubricas).[1]
El título y escudo
llegaron a la ciudad de Guadalajara, a veintisiete días del mes de enero de mil
quinientos noventa y cuatro años, poco tiempo después a la ciudad de Zacatecas.
Pero antes en 1593 se nombró Alférez Real, y por este documento se comprende
que ya existía el Pendón Real.
Título de alférez mayor de esta ciudad en don
Juan Cortes Tolosa Moctezuma.
“Don Felipe, por la
gracia de Dios rey de Castilla (…), etc. Por cuanto para socorro y defensa de
nuestra santa fe católica y conservación de la religión cristiana y para otros
buenos efectos del servicio de Dios nuestro señor y mío tengo ordenado y
mandado se vendan en las ciudades, villas y lugares de los de mis reinos y
señoríos todos los oficios de alferazgos, regimientos, depositarías generales y
receptores de las penas de mi real Cámara y otros oficios de escribanos
públicos y de Cabildo y provincia y diputación, varas de alguaciles mayores,
tesoreros de mis casas de moneda y demás oficios de ellas, así por vacaciones
como acrecentados y nuevamente proveídos a donde pareciere convenir, en
personas beneméritas y en quien concurran las calidades a los dichos oficios
anexas y concernientes y en quien con más cantidad de pesos en oro me sirviere
para los dichos efectos, en cuya conformidad con acuerdo de mi presidente y
oidores de la mi Audiencia, Corte y Cancillería Real que reside en la ciudad de
Guadalajara del Nuevo Reino de Galicia se mandó traer en pregón y publica
almoneda en la dicha ciudad de Guadalajara y de Nuestra Señora de los Zacatecas
el oficio de alférez real de ella con voz y voto en Cabildo, en cuya
conformidad se trajo en pregón en las dichas ciudades de Guadalajara y
Zacatecas, y andando en almoneda puso el dicho oficio don Juan Cortes Tolosa
Moctezuma en mil y cien pesos de oro común, que el tenor de la postura por el
hacha es como sigue.
Postura.
En la ciudad de Nuestra
Señora de los Zacatecas, en ocho días del mes de marzo de mil y seiscientos y ocho
años, ante mí el escribano público y testigos yuso escritos pareció don Juan
Cortes Tolosa Moctezuma, vecino y minero de esta ciudad a quien doy fe que
conozco, dijo que él ponía y puso el oficio de alférez real de esta ciudad que
se pregona por mandado de la Real Audiencia de este reino en mil y cien pesos
de oro común en plata, pagados la mitad de ellos desde el día del remate en un
año y la otra mitad a otro año adelante cumplida la primera paga, y los meterá
en la Real Caja de esta ciudad y dará fianzas, con que haya y goce en el dicho
oficio las preeminencias y franquicias y
libertades que gozan los alférez reales de Castilla y de esta Nueva España y
Galicia con voz y voto en Cabildo , activo y pasivo, y a la firmeza de ello
obligo su persona y bienes, y dio poder a las justicias de su majestad, en
especial a los jueces oficiales de la Real Caja de esta dicha ciudad, a cuyo
fuero se sometió, renuncio el suyo y la ley si convenerit de jurisdictione
onmium judicum para que la apremien a lo cumplir como por maravedíes y haber de
su majestad, y renuncio las demás leyes de su favor y la ley del derecho y lo
firmo aquí de su nombre, siendo testigos Juan Bautista García, alguacil mayor,
y Juan de Monroy, regidor de esta ciudad, y Juan de Baena, escribano estante en
esta ciudad. Don Juan Cortes Tolosa Moctezuma. Ante mí Hernando de Argüelles,
escribano público.
Y sobre dicha postura
hizo otra Juan Yáñez, vecino de la dicha ciudad de Zacatecas y alcalde
ordinario de ella, en mil quinientos pesos de oro común, los quinientos de
contado y los mil pesos restantes en dos años, cada año la mitad. Y en once del
dicho mes de marzo, el dicho don Juan Cortes Moctezuma puso el dicho oficio de
alférez real de la dicha ciudad de Zacatecas en mil y seiscientos pesos de oro común pagados en plata a ciertos plazos, que el tenor a de la dicha postura es
como sigue.
Sigue el protocolo, y
continuando más adelante dice:
Presentación.
En la ciudad de Nuestra
señora de los Zacatecas, en veinte días del mes de noviembre de mil seiscientos
y ocho años, ante la justicia y regimiento de esta ciudad, estando en la sala
de su Cabildo, conviene a saber don Juan de Guzmán, caballero del hábito del
señor San Juan y corregidor de esta ciudad, Bartolomé de Albornoz, factor, el
tesorero Juan de Alvarado, el contador Pedro de Idiáquez, Cristóbal Martínez y
Juan de Monroy y Pedro de Ortega, el bachiller Pedro Gómez Guisado, regidores,
se leyó esta provisión real de su majestad que presento en el Cabildo don Juan
Cortes Tolosa Moctezuma, vecino de esta ciudad, y pidió cumplimiento de ella, y
por los dichos justicias y regimiento vista y oída la tomaron y pusieron sobre
su cabeza y la besaron diciendo que la obedecen como carta y provisión real de
su majestad, y en cuanto a su cumplimiento que entre a hacer la solemnidad del
juramento necesaria como lo manda esta real provisión, y en conformidad de ello
el dicho don Juan Cortés entro en la dicha sala de Cabildo e hizo la solemnidad
del juramento contenida en la dicha real provisión y título que presentó, y
prometió de tener, guardar y cumplir, so cargo del dicho juramento, todo lo que
es de su obligación como regidor de esta ciudad y alférez de ella, y se le
señalo el asiento y lugar que tiene y ha tenido Juan Bautista García, alguacil
mayor de esta ciudad, no embargante que hasta ahora no ha presentado testimonio
de la preeminencias que han y deben gozar los alférez de las partes y lugares
contenidos en la dicha real provisión por cuanto consta de notoriedad que s ele
debe el dicho asiento, el cual se le dio con cargo de que para el día de
Navidad de este presente año presentara en este Cabildo, ante él y justicia y
regimiento, el dicho testimonio, y se obliga en forma de derecho de que no
constando por las dichas preeminencias pertenecerle el dicho asiento ni
preferir en el al dicho alguacil mayor se lo dejará libre el dicho asiento y se
pasara al que de derecho le perteneciere, y porque en esto son interesados el
dicho alguacil mayor, Cristóbal Martínez, Juan de Monroy y Pedro de Ortega,
regidores, e y el bachiller Pedro Gómez Guisado, depositario general y regidor
de esta dicha ciudad, estando presentes dijeron que sin perjuicio de su derecho
vinieron en todo lo susodicho, con que dentro del dicho termino presente el
testimonio en este Cabildo de las preeminencias que se refieren, y el dicho don
Juan Cortés estando presente se obligó a ello como de uso se contiene, el cual
en señal de posesión del dicho oficio de alférez se sentó en la silla del dicho alguacil mayor, y tomando en sus
manos el estandarte real de esta ciudad que está en la sala de Cabildo de ella,
por una ventana que sale a la plaza pública como tal alférez lo tremolo
haciendo la demostración que se debe conforme al dicho su oficio, y luego lo
dejo en la dicha sala de Cabildo donde lo halló y tomó y es costumbre que esté, todo lo cual hizo en
presencia del dicho justicia y regimiento, y de ello doy fe, y lo firmo el
dicho don Juan Cortes Tolosa Moctezuma, y todos estos autos se tomó un traslado
en el libro del Cabildo con la dicha real provisión. Y lo firmaron todos. Fray
don Juan de Guzmán, Bartolomé de Albornoz, Juan de Alvarado, Pedro de Idiáquez,
Juan Bautista García, Cristóbal Martínez, Juan de Monroy, Pedro de Ortega, el
bachiller Pedro Gómez Guisado, don Juan Tolosa Moctezuma. Ante mi Andrés
Venegas, escribano de Cabildo.
Corregido con el titulo
original que llevó en su poder el dicho don Juan Cortés. Andrés Venegas,
escribano público.
Recibí el original de
este traslado.
Don Juan Cortés Tolosa
Moctezuma”.[2]
El Pendón Real,
paseo desde ese entonces por las principales calles de la Ciudad de Nuestra
Señora de los Zacatecas, a partir de ese día, y siguieron nombrándose
Alférez Real, y el Pendón siempre estuvo
en la Sala de Cabildo de la Ciudad. Debo decir que el escudo original llegó
después, por eso el pendón en vez de tener a los cuatro principales descubridores
de estas minas tenía a la ciudad de Zacatecas.
En el siglo XVIII,
fue Alférez Real el Señor don Andrés Joseph Sánchez de Tagle, que era yerno del
Conde de San Mateo de Valparaíso don Fernando de la Campa y Cos, y estaba
casado con doña María Ildefonsa de la Campa Cos y Dozal Madriz. Era sobrino del
Marqués de Altamira don Pedro Sánchez de Tagle, dueño que fue de la hacienda
del Maguey muy cerca de Zacatecas. .
Y en el año de
1758, era Alférez Real don Juan de Rabago, como podemos ver en ese año en “La
Descripción de las Fiestas”, que cita el historiador Elías Amador, del libro
intitulado “Gratitud Zacatecana, o sea Breve Noticia de las Fiestas en que la
Muy Noble y Leal Ciudad de Zacatecas explico su agradecimiento en la
confirmación del Patronato de Nuestra Señora de Guadalupe”, y dice así:
“Día sexto
Celebra anualmente esta
agradecida Ciudad el día ocho de Septiembre, con el Nombre de Conquista, la más
dichosa Época de su felicidad, en que las armas españolas ayudadas del
Patrocinio de María, sujetaron a los Guerreros Indios Chichimecas, que
dominaban en esta Provincia, comenzando desde entonces a rayar en ella la más
apacible Aurora, en los crepúsculos de la fe; día verdaderamente digno de
notarse no solo con la Estrella, sino con Lucero, por esto, el noble
Ayuntamiento dispuso el tiempo de las Fiestas de modo, que se enlazasen una, y
otra, por ser ambas el testimonio más auténtico de la protección de María, para
con esta Ciudad. Anuncio desde la víspera este agradecido recuerdo el Señor
Alférez Real D. Juan de Rabago, a quien pertenece de oficio, y saco de las
Casas de Cabildo el Real Pendón, acompañado de sujetos de distinción, cabalgando
sobre hermosos Caballos, amaestrados para el efecto. El número no fue grande,
porque no podía serlo, siendo tan escogido: pasearon las calles acostumbradas
de la Ciudad, vestidos de vistosas galas, y llevados del mismo aire, con que se
movían: los aderezos de cabalgar bordados de oro, plata y sedas, más parecían
ingeniosas invenciones para la alegría de un estrado, que para ornato de
brutos, si se pueden llamar tales, los que a la leve insinuación de la rienda
obedecían, como el más juicioso. Coloco el Señor Alférez su estandarte en el
Templo, como Trofeo de la mejor Velona María.”[3]
Después de la Independencia de México, por el año de 1827 se
expulsaron a los españoles y se destruyeron todos los escudos de armas
españoles y el Pendón Real, no se destruyó, sino que pasó al Santuario de la
Bufa, donde permaneció mucho tiempo y fue retratado en el cerro junto con la
imagen de Nuestra Señora del Patrocinio, el año de 1901. Don Federico Sescosse
Lejaune tuvo la suerte de encontrarlo en una tienda de antigüedades, comprarlo
y devolverlo a la Ciudad, donde hoy se encuentra en exhibición en el Museo
Rafael Coronel.
Continuará.
Guadalupe, Zac., 26 de Octubre de 2014.
[1] Ciudad y Memoria. Libro segundo de cabildo 1587 –
1614. Numero 2 Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde ISSN 2007 –
851X. 2014. Pág. 108.
[2] Ciudad y Memoria. Libro Segundo de Cabildo, 1587 –
1614. Número 2. Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”. ISSN
2007 – 851 X. Año 2014. Págs. 269 – 277.(El Bachiller don Juan de Tolosa Cortes Moctezuma, era hijo del principal descubridor de las Minas de los Zacatecas don Juan de Tolosa, en 1546, a ocho de Septiembre).
[3] Amador, Elías, Bosquejo Histórico de Zacatecas, Tomo
Primero. PRI, México, 1982, pág. 524.
El Pendón Real de la Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, que se encuentra en el Museo Rafael Coronel de Zacatecas.
El Pendón Real de Zacatecas.
Publicado en 1996 a los 450 años del Descubrimiento de las Minas de los Zacatecas.
Dibujo del Pendón Real de Zacatecas de Cleofás Almanza, publicado en el libro del padre José del Refugio Gasca, "Timbres y Laureles Zacatecanos", en 1902.
Escudo de Armas de la Ciudad de Zacatecas publicado por Manuel González Ramírez, en el "Calendario Conmemorativo 2009, 420 años del origen y vigencia del Escudo de Armas de Zacatecas".
Fotografía de 1901, de Nuestra Señora del Patrocinio y el Pendón Real de Zacatecas, retratados en el Cerro de la Bufa de Zacatecas.
Tipografía del Asilo del Sagrado Corazón de Jesús de Zacatecas.
Escudo de Armas y Pendón de la Ciudad de Zacatecas, publicado por don Federico Sescosse Lejeune, en la revista "Artes de Mexico, Zacatecas", N°.194/195 año XXII.
Pendón Real de la Muy Noble y leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas.
El Paseo del Pendón Real como debió de hacerse en la Ciudad de Zacatecas durante el Virreinato, portado por el Alférez Real.
En España aún se usa el Paseo del Pendón Real por el Alférez.
Pendón Real de la Ciudad de Zacatecas publicado por Manuel González Ramírez, en el "Calendario Conmemorativo 2009, 420 años del origen y vigencia del Escudo de Armas de Zacatecas".
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