viernes, 10 de abril de 2020

Un rapto en el Jerez del ochocientos.


Un rapto en el Jerez del ochocientos.  
         
 Por Bernardo del Hoyo Calzada.

   Platicando con mi primo Eugenio del Hoyo Briones, en Monterrey, a fines de febrero de este año de 2020 sobre cosas de familia, salió a relucir sobre un asunto de nuestros tatarabuelos don José Gabriel de la Campa Llamas y doña Refugio Dávila Félix. 
   Me dijo mi primo; que es el mayor de los nietos de mi abuela paterna doña Carmen Cabrera de la Campa, que mi abuela le platicó sobre que su abuelo don José Gabriel de la Campa se había robado a nuestra tatarabuela doña Refugio Dávila Félix, en el Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., y salió a relucir con más detalles lo que mi tío León Cabrera Llamas me platicó en Jerez, hace ya varios años cuando vivía a un costado del edificio de la Torre, ahora Instituto de Cultura de Jerez, y a un lado de la casa de los Sánchez Castellanos, dueños que fueron de la hacienda del Cuidado, Tepetongo, Zac., en la calle de la Aurora.
     Me dijo mi tío León que  mi tatarabuelo don José Gabriel de la Campa se robó o raptó a mi tatarabuela doña Refugio Dávila Félix en caballo, y entró al Santuario de la Soledad, que en ese tiempo (por los años de 1860) no tenía bancas ni los pórticos que hoy tiene (muchos templos en ese tiempo no tenían bancas), y subiendo al caballo a su novia doña Refugio, les dijo a los feligreses presentes que tomaba por esposa a doña Refugio Dávila Félix, y dicho esto salieron del Santuario con rumbo desconocido.
     El escandalo fue mayor porque se trataba de los hijos de dos de las principales familias de la Villa de Jerez, y el chisme corrió como reguero de pólvora por toda la comarca jerezana. Por eso muchas personas supieron de este suceso acaecido en Jerez, Zac.   
    Mi abuela me platicaba que su papá grande, es decir su bisabuelo don Ignacio Dávila Escobedo, era el más rico de Jerez, que era dueño de casi toda la manzana frente al Jardín Principal y a la plazuela de Tacuba. Y cuando se trataba de algo de dinero y no tenían para pagar, decían: “si no soy don Ignacio Dávila”.
  También me platicó que en la casa de la plazuela de Tacuba, muchos años después de la Guerra de Reforma, los nuevos dueños encontraron en el pozo de la casa parte de la vajilla de plata de don Ignacio Dávila Escobedo, con las iniciales en los cubiertos de plata y también en la demás vajilla. Así se acostumbraba en aquellos tiempos.
     En un tiempo durante el siglo XIX la plazuela detrás de la Parroquia se llamó “Plazuela Dávila”, y ahora se llama Plazuela de Tacuba.
    Antes de hablar sobre las genealogías de los novios, quiero decirles que mi amigo Enrique Salinas Enríquez, publicó en el periódico Imagen de Zacatecas, el sábado 23 de febrero de 2002, el articulo “Un Hecho que inspiró a López Velarde. Presunto rapto en Jerez”. “….Quiero raptarte en la cuaresma opaca, sobre un garañón y con matraca…” Por Bernardo del Hoyo Calzada. (Pueden verlo en el apéndice fotográfico).  

“Suave Patria, vendedora de chía:
 quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía”.

El Jerez del ochocientos.

    La villa de Jerez de la Frontera, de la Nueva Galicia, fue mandada poblar allá por el año de 1569,  y poco después se despobló por causa de la Guerra Chichimeca, y fue  hasta el año de 1572 que la fundaron y poblaron de nuevo, por el Capitán don Pedro Carrillo Dávila, don Pedro Caldera y don Martin Moreno. Se le puso el nombre de Jerez de la Frontera, al igual que el Jerez de la Frontera, España, porque las dos villas estaban fundadas en la frontera; en Andalucía, tenía frontera con los moros y el Jerez de la Frontera de la Nueva Galicia, con los chichimecas.     
     En el siglo XVIII cuando se dedicó por el año de 1750 la parroquia de la Inmaculada Concepción de Jerez, se le llamó “La Villa de Santo Domingo de Jerez”, que era el Santo Patrono de la Villa, ya que por tradición se sabía que fue el dominico Fray Domingo de Salazar el que había oficiado la primera misa en una choza de un bárbaro chichimeca, y sobre este lugar santificado desde ese momento, se construyó la primera parroquia de Jerez, las demás construcciones o reconstrucciones fueron en este mismo lugar.  
   En el siglo XIX, o en el Jerez del Ochocientos, recibió el nombre de Ciudad García, porque en la hacienda de la Labor de Santa Gertrudis, Jerez, Zac., nació el gobernador don Francisco García Salinas.
   A mediados del siglo XX mi tío el historiador don Eugenio del Hoyo Cabrera, le nombra (no oficialmente): “El Jerez de López Velarde”, porque en este lugar nació en 1888 el Poeta y Lic. Don Ramón López Velarde y Berumen.  Ahora simplemente se llama Jerez, Zac., o la Ciudad de Jerez. 
    El poeta don Ramón López Velarde, nació en junio de 1888, en Jerez, Zac., en la calle de la Parroquia, ahora calle López Velarde, en la Casa Museo Ramón López Velarde. Hijo del licenciado y notario público don Guadalupe López Velarde y doña Trinidad Berumen de López Velarde.
   A los pocos años, don Ramón se va a vivir junto con su familia a Aguascalientes, Ags., ya que su padre era originario de Paso de Sotos, Jal., muy cerca de aquella ciudad y pone una oficina o despacho notarial enfrente de la plaza principal de Aguascalientes, luego se va a estudiar a la ciudad de San Luis Potosí, donde recibe el título de abogado el 13 de diciembre de 1911. (Agradezco a mi pariente el Lic. Don Guillermo López Velarde y Hoyo, hijo del Lic. Don Guillermo López Velarde y Berumen, hermano del poeta, que vive en Mérida, Yucatán, copia de los títulos). Don Guadalupe López Velarde, padre del poeta recibió el título de abogado en Zacatecas el 21 de enero de 1882.   Y título de Escribano Público en Aguascalientes el 18 de julio de 1885.
   Así las cosas don Ramón López Velarde, nunca abandonó en su mente a Jerez, ya que iba de vacaciones cada año con sus tíos y primos en Jerez, las familias Berumen, Llamas y Escobedo.   
    Por eso estaba al tanto de lo que sucedía en Jerez su tierra y la de sus antepasados. Su genealogía llega a los fundadores de Jerez, Zac., y más allá. También quiero comentarles que en su estancia en Jerez, don Ramón conoció a su musa inspiradora Josefa de los Ríos conocida con Fuensanta. La última vez que estuvo en Jerez fue por el año de 1918 en que fue a una candidatura, en la política.
   Sobre los robos y raptos son mucho y en muchos lugares, como por ejemplo; En la hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe de la Quemada perteneciente a Villagutierre del Águila, en 10 de marzo de 1748 se casaron don Juan Anastasio Díaz de la Campa y doña María Josefa de Villaseñor quienes salieron fugitivos de la hacienda de Malpaso, huyendo de sus padres. Josefa Villaseñor era originaria de Zacatecas y radicada en Malpaso, hija de don Antonio Villaseñor y de doña María Márquez de los Olivos, y don Juan Anastasio de la Campa, era soltero originario de Vetagrande y criado en Zacatecas, residente en la hacienda de Malpaso, que es hijo legítimo de don Juan Alonso Díaz de la Campa y doña María Santana Guerra, dueños de la hacienda. Don Antonio Villaseñor era administrador de la hacienda de Malpaso.
  Muchos casos no se registran en las notarías parroquiales, como sucedió con mis tatarabuelos, pero si quedo grabado en la mente de todos los presentes el que dijera que tomaba por esposa a su novia doña Refugio Dávila Félix. 
  La osadía y bizarría de don José Gabriel de la Campa Llamas, viudo, y ante la negativa de los papas de la novia, no le quedaba otro remedio ante el amor de su novia, que raptarla e irse a vivir con ella, claro, en común acuerdo. Me dijo mi abuela doña Carmen Cabrera de la Campa, que la desheredaron, pero, en ciertos documentos sobre la testamentaria de don Ignacio Dávila Escobedo, está doña Refugio Dávila como heredera, al igual que sus hermanos. En 1870 doña Refugio Dávila de Campa vende una casa en Jerez.
  Mi padre don Carlos del Hoyo  Cabrera me decía que algunos miembros de la familia Dávila se fueron a radicar a San Luis Potosí, y emparentaron con familias distinguidas de ese lugar. Uno de sus parientes fue el poeta don Luis Noyola Vázquez, que escribió entre otros muchos libros: “Fuentes de Fuensanta”, en una ocasión que vino a Zacatecas a una reunión de poetas, y mi papá me lo presentó como mi tío y se trataban de parientes.  En esa  reunión mi papá presumía que tenía como primos poetas a don Roberto Cabral del Hoyo, don Víctor Sandoval, don Luis Noyola Vázquez y a doña Dolores Castro Varela, que asistieron a esa reunión de Poetas Latinoamericanos, creo yo, ya no me acuerdo, pero, fue en el Teatro Fernando Calderón.   
   Don Ramón López Velarde debió de haber escuchado de sus tías o de alguna otra persona sobre el mencionado rapto, por eso escribió y lo incluyó a su manera en la Suave Patria, que escribirá poco antes de morir en 1921, con motivo de celebrar el Centenario de la Independencia de México.    
   Mi tío el historiador don Eugenio del Hoyo escribió el libro “Glosas a la Suave Patria”, y se lo publicó en 1988 el Padre y Monseñor don José de Jesús López de Lara, Director del Instituto Superior de Cultura Religiosa de Zacatecas. (Pueden verlo en el apéndice fotográfico).  

Familiares de la novia.

       Don Ignacio Dávila Escobedo, nació en Villanueva, Zac., anteriormente “Villa Gutierre del Águila”, después del año de 1760, que es cuando se casaron sus padres en ese lugar, ellos eran; don Tadeo Patricio Dávila y Muños y doña Francisca de Escobedo y del Muro, el nombre de Tadeo, es porque el Santo Patrono de Villa Gutierre del Águila es San Judas Tadeo, ella es hija de don Bartolomé de Escobedo, descendiente de los dueños de la hacienda de la Troje, Tepetongo, Zac., y del fundador de Monte Escobedo, Zac., y doña Polonia Gertrudis del Muro, que sus antepasados eran del Monte Grande, por San José de la Isla, Zac., nieta de un capitán llamado don Cristóbal del Muro.
   Don Ignacio por parte de su padre don Tadeo Dávila y Muños, eran de las principales familias fundadoras de la Villa Gutierre del Águila, fundada en el año de 1692, y se le puso este nombre porque el Presidente de la Real Audiencia de Guadalajara era don Alonso de Cevallos Villagutierre, y el Alcalde Mayor de Juchipila, era don Pedro Salazar y Águila, y entre las familias que encabezó don Leonardo de Villaoslada, y que recibieron solar y fueron las fundadoras de Villagutierre del Águila, aparece una familia de apellido Muños. Se le puso después como Villanueva, por ser la última villa fundada en Zacatecas en periodo Virreinal, las otras villas eran: Jerez de la Frontera, Villa de la Asunción de las Aguas Calientes y la Villa de Santa Elena del Rio Grande, hoy Rio Grande, Zac.   
     Su padre don Tadeo Patricio Dávila y Muños, nació en Villanueva, Zac., en el año de 1742 y se casó en Villanueva en el año de 1760, el 9 de marzo, con doña Francisca Xaviera (Javiera) de Escobedo hija de don Bartolomé de Escobedo y Polonia Gertrudis del Muro. Don Bartolomé de Escobedo  era hijo de otro don Bartolomé de Escobedo,  casado con doña Bernarda Vela, hija de Tomas Vela y Bernarda Bañuelos.   
    Don Bartolomé Escobedo Vela, era hijo de don Francisco de Escobedo, dueño de la antigua hacienda de la Troje, Tepetongo, Zac., y de doña María Rosales, él, hijo del Capitán don Francisco de Escobedo, fundador de Monte de Escobedo, Zac., y de María Covarrubias. Don Francisco de Escobedo (el fundador), nació en la ciudad de Zacatecas, hijo de don Hernando de Escobedo, nació en 1546 en la villa de Torrijos en España y en 1577 era vecino de las Ricas Minas de los Zacatecas, y en 1597 lo encontramos como minero en el Mineral y Cerro de San Pedro, S. L. P., y fue al igual que su hijo don Francisco de las principales familias fundadores de San Luis Potosí.  Y de Mari Díaz, también de Torrijos y los encontramos como cofrades en 1573 en Zacatecas, de la cofradía del Santísimo Sacramento, hija de don Alfonso de Illescas y de Bernardina Díaz.  Fueron benefactoras de la Parroquia de San Luis Potosí,  y antes el 6 de abril de 1593 recibieron un solar al hacerse la traza de San Luis Potosí. Fueron dueños de las haciendas de San Andrés del Astillero, hoy Monte Escobedo, Zac., Santa Teresa, Huejuquillita, etc.     
   Doña María de Covarrubias, era hija de don Francisco Covarrubias y de María Bermúdez.  Él,  hijo de don Gaspar de Covarrubias y de doña Margarita Quijada. Y doña María Bermúdez, es hija de don Juan Guerra y de doña María de Colio. Ella es hija de don Diego de Colio Berbén, alcalde de San Martin, Sombrerete, y doña Catalina de la Torre. Diego de Colio era hijo de don Pedro Díaz del Palmar y de doña Juana Fernández de Cangas.
   Y doña Catalina de la Torre, es hija del Licenciado don Diego Pérez de la Torre, Gobernador de la Nueva Galicia, y de doña María Álvarez.     
       Don Ignacio Dávila se casó en Jerez, Zac, en el año de 1794 con doña Josefa Peredo y Escobedo, hija de don Andrés Peredo y Terán, que era natural de los Reinos de Castilla, en la Villa del Cabezón de la Sal, en Santander, España. Hijo de don Andrés Peredo y doña María Terán, y doña María Timotea Escobedo y Valenzuela, de la hacienda de Santa Fe, hija de don Francisco Escobedo y doña Juana Valenzuela y Bañuelos. Don Francisco de Escobedo, es hijo de los dichos Francisco de Escobedo y María Rosales. Ella era viuda de don Isidro Abundio de la Torre y Salcedo, hermano del famoso don Pantaleón de la Torre y Salcedo, que organizó una corrida de toros allá por el año de 1776 en Jerez, hijos de don Isidro de la Torre y de Casilda Salcedo, y nietos de don Jacinto de la Torre y doña Catalina de Llanos y Valdés, familiar muy cercano al Obispo de Linares (Monterrey, N.L.) don Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés, originario también de Jerez, Zac. Don Isidro Abundio se casó con doña Isabel Peredo en 1780, en Jerez, su hijo don Manuel Dávila y Peredo se casó con doña Catalina Valdés, y fue hijo de este matrimonio don José María Gregorio Dávila Valdés.
    El historiador Arcediano don Felipe Santana escribió en la revista de Jerez, “Jerez corona a su Reina” Revista conmemorativa. 12 de Enero de 1961, el articulo “Curas de Jerez” desde 1648 hasta 1866, y al hablar del Bachiller Juan de Dios de la Torre dice: “Don Isidro Abundio de la Torre dejo al morir a su alma por heredera de todos sus bienes para que sus albaceas los distribuyeran como les pareciere conveniente. A su vez, Don Pantaleón de la Torre, que ha de haber sido el principal de ellos, en su testamento que como apoderados suyos otorgaron el Bachiller Don Juan de Dios de la Torre y Don Ignacio Miranda, (esto no era raro en aquellos tiempos) declaró que dichos bienes habían aun en su poder 28,757.00 veintiocho mil setecientos cincuenta y siete pesos, seis reales y siete octavos. Manda que se finquen $6,000.00 para sostener con los trescientos de rédito anual un Maestro de escuela, y otros tantos para un Preceptor de Latinidad e igual cantidad para un confesor que durante la Cuaresma y  la Pascua hasta el Jueves de Corpus asista al confesionario todos los días de 8 a nueve de la mañana y de tres treinta a cinco treinta de la tarde. Acerca de cada una de estas fundaciones da órdenes minuciosas, de las cuales me ocupare en alguna otra ocasión si Dios me presta la vida y  la salud y hay para ello alguna oportunidad. Aunque no legalizadas, diré, estas fundaciones, ya en ese tiempo era Preceptor de Latinidad el Padre don Juan de Dios de la Torre y Confesor de Cuaresma el Padre Don Juan Antonio Correa.             
De sus bienes propios deja a su hermana Doña Inés los réditos de $4,000.00, y estos, al morir ella se habían de invertir en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe que se estaba edificando en la Villa”.
    La escuela estuvo en la calle de la Parroquia un poco más hacia el norte del Templo Parroquial, ya desaparecida, y no fue en el Instituto Jerezano de Cultura, como dijo don Juan N. Carlos, (edificio de la Torre), porque este edificio se construyó en 1895 por Dámaso Muñetón, derribando un edifico antiguo que mando construir don Francisco García Salinas para una escuela Lancasteriana, hacia 1832.  La cátedra de Latinidad que fundó don Isidro Abundio de la Torre es el antecedente de lo que fue la Casa de Estudios de Jerez que fundó don Francisco García Salinas en 1832, que es el inicio de la Universidad Autónoma de Zacatecas, ya que don Francisco García Salinas tomó la cátedra de latinidad a la que unió otras cuatro cátedras para dar inicio a la Casa de Estudios.
    Don Isidro Abundio de la Torre falleció hacia el año de 1793, y su viuda declaró al casarse de nuevo en 1794 “que era viuda de don Isidro Abundio hace poco más de un año”. Doña Josefa Peredo contrajo segundas nupcias con el papá de mi tatarabuela, don Ignacio Dávila Escobedo, el 30 de septiembre de dicho año de 1794 en Jerez, el matrimonio siguió viviendo en la casa de don Isidro Abundio de la Torre, que es en la plazuela de Tacuba, antiguamente de la Parroquia, hacia el norte, donde hoy es casa de la familia Borrego, y durante su matrimonio tuvo un párvulo que murió, y le sobrevivió otro hijo, don Manuel Dávila Peredo que casó con doña Catalina de Valdés, hija de don Crisanto Valdez y doña Isabel del Rio y Losa. Don Pantaleón de la Torre vivía al frente de esta casa, por donde está la casa comercial de don Mario Valdés y a su espalda estaba la escuela de primeras letras. Don Pantaleón de la Torre falleció el 28 de febrero de 1799 y estaba casado desde 1769 con doña Isabel Peredo, hermana de doña Josefa.    
     Doña Josefa Peredo falleció el 30 de agosto de 1825 a la edad de 75 años, murió de vejes dejando algunas obras piadosas de misas y limosna a los pobres. 
      Viudo don Ignacio Dávila Escobedo, contrajo segundas nupcias en 1826 con doña Madama Petra Félix de Arellano, su información matrimonial es como sigue: “El Ciudadano Ignacio Dávila vecino de esta villa viudo en primeras nupcias de doña Josefa Peredo cuyo cadáver se sepultó en este campo santo el día 30 de agosto del año próximo pasado, ante V. como mejor parezca, digo: que deseoso de la tranquilidad de mi espíritu y bien de mi alma pacté matrimonio con Madama María Petra Félix de estado doncella de 17 años de edad originaria de esta Villa y vecina de Saín Alto y vuelta a su origen un año, 8 meses ha, e hija legitima de los C. C. Antonio Félix y María Juliana Díaz”, y continuando más adelante dice: “tanto yo como mi pretensa somos de las mejores familias de este lugar obteniendo yo los honoríficos de esta villa y por parte de mi pretensa muchos de sus deudos se han visto en el mismo predicamento y a mayor abundamiento. Su padre era soldado del Cuerpo de Frontera, hijo de los finados don Tadeo Patricio Dávila y doña María Francisco de Escobedo. Jerez mayo 16 de 1826, firmas- Ignacio Dávila y Antonio Félix.”
Sigue:
“Y por otra parte  el trastorno y menoscabo que con motivo a mi viudedad, está padeciendo mí casa pues en el día está al árbitro de las criadas, por carecer yo de persona inmediata que la dirija. Con esta aplicación reitero la súplica de que el Sr. Gobernador por un rango de su generosidad, etc.” y además dice: “Es positivo que su padre de mi pretensa tubo residencia considerable en el pueblo de Saín Alto; pues con el motivo de que en los años diez y once era soldado del cuerpo de Frontera y por sumas persecuciones que en aquel tiempo padecían  los sujetos de esta clase; se trasportó con su familia a el referido pueblo de Saín Alto; y como este ser de la Diócesis de Durango hay esta dificultad, etc.”
Y sobre este documento existe una placa de cantera en la parte superior de su casa que dice así:
“Xerez, Febrero 8 de 1818.
Suplico a los sirvientes no corren entre suelos y techos pues ya ven que en lugar de tabletas esta Ad° (borrado), y que con los golpes se abrirá por tiem(borrado). El dueño de la casa lo agradecerá en algún modo lo compensara.”
     Don Antonio Félix de Arellano y Vázquez del Mercado era descendiente del descubridor del cerro que lleva su nombre en la ciudad de Durango, don Ginés Vázquez del Mercado, él estuvo en el presidio militar de Saín Alto, donde aún quedan vestigios de ese fuerte militar, en el Camino Real de Tierra Adentro. Él era descendiente de los dueños de la antigua hacienda del Tesorero.
     Don Ignacio Dávila en el tiempo en que estuvo casado con doña Josefa Peredo, fue Alcalde de Jerez, y como desde hace algunos años hacia 1818 o 19 se dedicó el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, y al año siguiente que fue el cinco de febrero se celebró el aniversario de la dedicación del Santuario, se celebró con un triduo, y en 1824 se estableció la Feria de Jerez,  y estando don Ignacio Dávila como Alcalde inició la dicha Feria.
      Don Manuel González Ramírez, Cronista del Estado, publico un artículo en la revista jerezana “La Feria”, que publica cada año el Lic. Y Prof. Gerardo del Campo Solís, y nos dice que por un decreto de Congreso Constituyente del mes de diciembre de 1824, se declara a Jerez cabecera del Partido de su nombre y también se erige en Municipalidad. También nos dice que en este mismo año el Ayuntamiento de la Villa de Jerez presidido por D. Ignacio Dávila Escobedo pide licencia al Congreso para realizar la feria anualmente del 23 de enero a 3 de febrero.
     En enero de 1825 en un documento que se encuentra en el archivo Parroquial, al margen dice: “Para que la función de Iglesia en los tres días señalados se trasfiera para los que siguen a los de la feria y diversiones publicas incompatibles con aquel piadoso fin. El Señor Vicario Capitular así lo decretó y firmó. Y que en estos tres días de las funciones haiga Feria y Corridas de Toros”.
    Lo más importante del documento dice así: “el 10 de corriente fui citado por parte del Ayuntamiento para que se antepusiera o pospusiera el Jubileo, y por lo que conteste que no estaba en mi alcance. Entendido que aun para los tres días que están concedidos me era de precisa obligación consultar a Vuestra Señoría lo que verifico. Suplicándole me diga para quedar yo a cubierto ante Dios, y ante los hombres si se antepone el público a la corrida de toros o se pospone, o si aun a pesar de estos objetos se verifica el Jubileo en los tres días, que al efecto están destinados que son el cuatro, cinco y seis del inmediato Febrero pues en materia   tan delicadas no puedo menos que sujetarme a la sabia disposición de V. S. y a lo que sobre materia tenga a bien decretar. Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años. Jerez Enero 14 de 1825. Juan Manuel Sánchez.” 
     Así pues, con esto se iniciaba la Feria de Jerez en los años de 1824 y 25. Tanto en lo profano como en lo religioso, todo en torno a la festividad de la dedicación del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad.  Debo decirles que es más antigua que la feria de San Marcos en Aguascalientes, porque la feria de Aguascalientes data del año de 1828. Cuatro años después que la de Jerez, Zac.
   Volviendo a don Ignacio Dávila Escobedo que en su matrimonio con doña Petra Félix de Arellano tuvo unos siete hijos:
En el año de 1827 nació María Josefa Anastasia de Jesús Dávila Félix, que se casó con don José María Doroteo Escobedo Dena, hijo de don José María Escobedo y doña Feliciana Dena. Sus hijos; María Antonia Escobedo Dávila que nació en 1846. Don José María Máximo Escobedo Dávila que nació en 1845.     
El año de 1828, el primero de mayo nació María Felipa de Jesús Dávila Félix.
Año de 1832 nació José Ignacio Brígido Dávila Félix que se casó con doña Julia Ordorica Ceballos, hija de Ignacio Ordorica y Francisca Ceballos. Sus siete hijos son; Ignacio Dávila Ordorica, nació en 1870 y se casó con Elodia Rodríguez Martínez; Soledad Dávila Ordorica que nació en 1861 y se casó en San Luis Potosí el 2 de diciembre de 1888 con Adalberto María Vázquez Castillo, que nació en 1856 y murió en 1923,  abuelo del poeta don Luis Noyola Vázquez, el autor de Fuentes de Fuensanta; María Amada Dávila Ordorica casada con don Federico Staines Escontria; Ester Dávila Ordorica casada en 26 de noviembre de 1892 en San Luis Potosí con Emigdio Cabrera Ortahegui; José Juan Dávila Ordorica nació en 1859; Amparo Dávila Ordorica nació en 1875 y el 19 de junio de 1901 se casó con don Francisco de Paula Cabrera Arias, hermano de la beata Concepción Cabrera de Armida; y don José María Dávila Ordorica, que nació en Jerez en 1858, y casó con Gertrudis Goldbaum que nació en 1865 en San Francisco, California, U.S.A., y sus hijos fueron; José María, José Ignacio; José Luis casado en Saltillo en 1914 con María Brando Peña; y Julio Dávila Goldbaum que nació en 1893 y se casó con Guadalupe Páez Linares, su nieto el Dr. Julio Cesar Dávila Rodríguez, nació en Santa Fe de Nuevo México. (Historiador que también vino a Zacatecas a impartir una conferencia sobre Nuevo México).        
Por el año de 1833 nació María del Carmen Coronado Dávila Félix.
En 1836 nació José María Viviano Dávila Félix
Y también sin saber la fecha de su nacimiento,  nació mi tatarabuela doña María del Refugio Dávila Félix, que se casó con don José Gabriel de la Campa, y como era de ideas liberales y viudo, la familia no aceptó la unión y según mi abuela doña Carmen Cabrera de la Campa, fue mi tatarabuela doña Refugio Dávila, desheredada.
    Don Ignacio Dávila tenía un hermano que también nació en Villanueva, Zac., en 1775  y se avecindó en Jerez en 1799, él era don José Tadeo Lucas Dávila Escobedo, que casó en Jerez en 1804 con doña María Teresa de Llanos y Valdez, hija de don Esteban Valdez y doña María de Jesús Escobedo, sus hijos eran:
El Licenciado don José María Dávila y Valdés, casado con doña Estefana Navarro, hija de don Gregorio Navarro y Josefa Ortega, su hija Teresa Guadalupe Dávila, nació en Guadalupe, Zac., en 1869; Francisco Teodoro Dávila Valdez, se casó con doña Tomasa de Nafarrate; María Simona de la Encarnación Dávila Valdez, que nació en la hacienda de Víboras, en 1812;  don Jacinto Dávila Valdez caso en 1847 con Librada del Muro, viuda de don Jesús Nafarrate; don Ignacio Dávila y Valdés que se casó con Severa Lizaola, y fueron padres de doña Petra de Jesús Francisca Dávila Lizaola, nació en 1834 y se casó con don Rafael Páez, hijo de don Martin Páez y doña Dolores Salcedo, el Jardín Principal de Jerez lleva ahora el nombre de "Jardín Rafael Páez", por él; doña Loreto Dávila y Valdez nació en 1854 y se casado con don José María Cabral, hijo de Juan José Cabral y Sixta Acuña, y fue su hijo don Francisco Rosendo Cabral Dávila y Manuel Dávila Lizaola.
Don Ignacio Dávila Valdez en 1850 manifestó:
“Dijo que es dueño en posesión y propiedad de la hacienda de Santo Tomas de Buenavista hoy conocida con el nombre De Los Pérez, al norte de la ciudad de Jerez, a 4 leguas de distancia y compuesta de más de 21 caballerías de tierra, linda por el oriente con tierras de la hacienda de Lo de Nava, por el sur con el rancho del Durazno, Santa Rita, y Manueles; por el poniente con tierras de Los Haros y Juárez, por el norte con el Tesorero, que dicha hacienda de Buenavista la hubo por compra que de ella hizo en 7 de mayo de 1839 ante escribano José Loreto Guerrero, en la ciudad de Jerez.  
  Tenía también otro hermano que se quedó en Villanueva don Dámaso Dávila que era Capitán y Comandante de Frontera en ese lugar, en 1820.
Y un hermano más, don José Felipe de Jesús Dávila Escobedo que se casó con María Ignacia Delgado, hija de Cristóbal Delgado e Inés del Rio.
   Don Ignacio Dávila Escobedo, el que inicio la Feria de Jerez, en el año de 1824, en el año de 1835 era accionista  de la Negociación de Proaño en el Fresnillo, de ahí su fortuna, aparte del dinero por matrimonio de su primera esposa, lo cita don Elías Amador en su Bosquejo Histórico de Zacatecas, tomo II, pág. 425, y dice: “Así es que desde luego dirigieron una razonada exposición al Jefe Superior del Estado, la que a la vez era una enérgica y fundada protesta contra el vendedor del metal referido, pues esa venta fue a todas luces ilegal y solo tenía por objeto favorecer a un pequeño grupo de usureros y especuladores de mala fe. Las reclamaciones de los quejosos representaban la suma de $631,786 distribuidos así: D. Vicente Flores, Director de la Casa de Moneda $458,786. Don Antonio García Salinas $25,000. Don Vicente Dozal $4,000. D. Ignacio Dávila $12,000. D. Joaquín Llaguno $35,000. La compañía Unida de Minas $7,000. Y la Contaduría de Diezmos $90,000.
Desgraciadamente las justas gestiones de esos acreedores no prosperaron, y el Gral. Santa Ana siguió disponiendo a su arbitrio de los metales de Proaño, pues aparte de la primera venta hizo otra de 26,000 cargas a Castrejón, y en ella perdió el Estado $180,000. Después de esta todavía fueron vendidas a D. Francisco Agüero 20,000 cargas, en cuyas operaciones se dijo que el Ministro Tornel había ganado $90,000.
Con razón uno de los Generales de Santa Ana dijo entonces en Zacatecas en presencia de varias personas: <era ya necesario venir a esta ciudad, pues sin esta y sin el Fresnillo ya no teníamos en México ni para comer>.”   (Ver la publicación en el apéndice fotográfico). 

Familiares del novio.

     En la provincia de Santander, al norte de España, en las Montañas de Burgos, en Cantabria, existe un lugar llamado Cos. Desde el siglo XVI, o antes, ya vivían en este lugar la familia Cos, que le dieron el nombre al lugar. Descendientes de familias ilustres e hijodalgos, entre ellos varios reyes de España e Inglaterra, también del Cid Campeador don Rodrigo Díaz de Vivar. Algunas personas de esta ilustre familia en el siglo XVI, ya vivían en Cos, Valle del Cabezón de la Sal, entre ellas, don Sancho Vélez de Cos y Estrada, casado con doña María de Barreda Cos y Bracho. Este matrimonio tuvo ocho hijos, entre ellos a Doña Ana Sánchez de Cos y Barreda, que nació en Cos, y testó en 1660.
    Daña Ana Sánchez de Cos, se casó con don Sebastián de la Campa, nació también en Cos y fue Regidor en 1644.
Este matrimonio tubo los siguientes hijos:
1.- Don Domingo de la Campa y Cos, nació en Cos en el 7 de diciembre de 1621, y falleció en Cos el 15 de septiembre de 1683. Se casó al parecer tres veces: en primera nupcias debió de ser con doña Catalina del Valle, de cuyo matrimonio procreó a: Doña María de la Campa, casada en 1683 con Domingo Gómez. Y a mí antepasado don Dionicio de la Campa, que falleció en Mazcuerraz, a unos cinco kilómetros de Cos, en 1679, y estaba casado con doña Catalina de la Fuente. (Más adelante hablaré de mi antepasado).
      En segundas nupcias, con doña Dominga Fernández de la Vega, que al parecer tuvo por hijos a: don Juan Bautista. Don Manuel. Doña Ana de la Campa y Cos, casada con don Juan Antonio de Mier y Campa.  Don Bartolomé de la Campa y Cos, casada con doña Magdalena Vélez, y sus hijos don Antonio y Bartolomé, pasaron a vivir a Zacatecas, y en Tepetongo, Zac., eran dueños de la hacienda de Santiago del Cuidado. Un hijo de don Antonio, llamado también Antonio, fue bachiller y sacerdote, capellán de la hacienda del Cuidado y fundador en Guadalajara de una biblioteca, probablemente la del Seminario de Guadalajara. Y el Teniente de Capitán General don Antonio de la Campa y Cos, casado en la Nueva Galicia con doña Juana Rosa Maldonado Zapata y Santibáñez, de una ilustre familia dueños de haciendas, entre otras haciendas de la de Gallinas, y el dicho General también dueño de varias haciendas en Zacatecas y Durango, con residencia en Sombrerete, Zac.
Y en tercera nupcias don Domingo se casó en 1675 con doña Juan Juliana de Cos, con la que procreo a don Femando de la Campa Cos y Cos, primer Conde de San Mateo de Valparaíso. Sus abuelos maternos eran: Don Pedro de Cos, que nació en Carrejo en 1628, y doña Francisca Sánchez de la Garzada. Sus bisabuelos: don Pedro Sánchez de Cos, alcalde de la Santa Hermandad y doña Catalina de Mier. Sus otros bisabuelos: don Juan Sánchez de la Garzada, también alcalde de la Santa Hermandad, y doña Francisca Sánchez de la Madrid y Ceballos.
2.- El General don Juan Pedro de la Campa y Cos, Gobernador y Capitán General de Coahuila. 
3.- Don Juan de la Campa y Cos, casado con doña Ana de Barreda y de la Fuente, padres del Lic. don Francisco de la Campa y Cos, casado con doña María Gutiérrez de Cabiedes. Con numerosa descendencia.
4.- Y doña María de la Campa y Cos.
Don Fernando de la Campa y Cos, nació en Cos, Valle del Cabezón de la Sal, en las Montañas de Burgos, Santander España.
Su acta de bautismo dice:
 “En seis de julio de dicho año (1676), yo el dicho Cura bautice a Fernando Antonio hijo legítimo de Domingo de la Campa Cos y de doña Juliana de Cos, fueron sus padrinos Antonio de Cos estudiante natural de Carrejo y Ana Díaz de la Campa, dijeron había nacido dicho bautizado en seis de junio, advertirles el parentesco espiritual que fueron testigos Bernardo de la Campa y Antonio Fernández, estudiantes. Firmó el Sr. Bachiller Pedro Gutiérrez Gayón”. Archivo parroquial de Santiago de Cos.
     Don Fernando, quizá el benjamín de su casa, tenía 7 años cuando falleció su padre don Domingo, en 1683, y quedó al cuidado de su madre. Unos diez años después debió de hacer sus pruebas militares, con la pretensión de ingresar a alguna orden de caballería, antes de partir a la aventura a Indias Occidentales.
    Su tío el General don Pedro de la Campa y Cos, había emigrado de Cos a Zacatecas, por el año de 1650, que en 1675 será minero en Mazapil, ya que lo encontramos como minero en el mineral de Concepción, ahora Concepción del Oro, Zac., era vecino y minero del Real de Sombrerete, en 1676, cuando estaba naciendo en Cos, su hermano don Fernando.
     Su hermano el General don Antonio de la Campa y Cos, pasaría a la Nueva España hacia 1670, y pocos años después sería nombrado teniente de Capitán General, se avecindo en Sombrerete, Zac., al igual que su tío don Pedro, el General y Gobernador de Coahuila. Fue dueño de las haciendas de Santa Catalina, San Sebastián, y algunas otras.
    Don Fernando a la edad de 22 años ya se encontraba en la Nueva España en 1698 – 18 de enero, en la que el teniente de Alcalde Mayor del Valle de la Poana Capitán Don Pedro Bermúdez otorga poder cumplido en derecho bastante al Capitán Don Fernando de la Campa y Cos, generalmente para todos sus pleitos, concedido en esta dicha fecha en la Villa de Nombre de Dios.
1698 – En este año ya se encontraba en Zacatecas, y en Mazapil compró 75 sitios de ganado mayor y 96 caballerías de tierra al Maestre de Campo Don Francisco Guerrero Ardilla, ante escribano Real y Publico de Querétaro. 50 de estos sitios los compró Don Fernando por cuenta y con fondos de su hermano el General Don Antonio de la Campa y Cos.

     Volviendo a mis antepasados don Dionicio de la Campa y doña Catalina de la Fuente.
 Don Dionicio de la Campa Cos, falleció el 15 de diciembre de 1679 en Mazcuerras, Valle del Cabezón de la Sal, a unos cinco kilómetros de Cos, y  doña Catalina de la Fuente, que nació en 1661 y falleció en 1731, hija de don Domingo de la Fuente  y doña Magdalena de la Fuente.
     Don Dionisio de la Campa Cos y doña Catalina de la Fuente fueron padres de; don Domingo de la Campa, nacido en 1677, doña María de la Campa nacida en 1679 y don Dionisio de la Campa, mi antepasado, casado doña Juan de Rivero y fueron padres de don Juan Anselmo de la Campa, que nació en Mazcuerraz el 25 de abril de 1717 y se casó con doña Rosa Vélez de la Campa,  nacida en Mazcuerraz el 13 de junio de 1717.
   Doña Rosa Vélez de la Campa era hija de don Felipe Vélez de la Campa, hijo de don Pedro Vélez de la Campa y doña Magdalena Fernández de Castañeda, fallecida en 1766, e hija de don Domingo Fernández de Castañeda Alférez Real de los 9 valles de Cos.
    Don Felipe Vélez de la Campa tenía tres hermanos: don Juan y doña Antonia Vélez de la Campa, que se quedaron en Mazcuerraz y don Agustín Vélez del a Campa, que se avecindo en Zacatecas y se casó con doña Juan Manuela Díaz de la Campa, hija del Teniente de General don Juan Alonso Díaz de la Campa, Caballero de la Orden de Alcántara y dueño de la hacienda de campo de Santa Rosa de Malpaso, cerca de Zacatecas y dos haciendas de beneficio en la ciudad de Zacatecas.
     Don Agustín Vélez de la Campa y doña Juana Manuela Díaz de la Campa fueron padres de: el Licenciado don Miguel Vélez de la Campa, nacido en Villanueva, Zac., casado con doña Isabel de Zúñiga y Fajardo y fueron padres del Licenciado don José Ignacio Vélez de la Campa que nació en 1768 en Villanueva, Zac., y estudio en la ciudad de México, muerto en el periodo de Insurrección por manos de los insurrectos, cuando el Virrey lo comisionó a combatir la insurrección. Y don Pedro  Vélez de la Campa, casado con la hermana de doña Isabel de Zúñiga y Fajardo, y sus tres o cuatro hijos pasaron a estudiar a Guadalajara, capital de la Nueva Galicia, y uno de ellos era el Dr. y Maestro don Pedro Vélez Zúñiga, nacido también en Villanueva, Zac., y que por unos meses fue Presidente de la República Mexicana.    
     Los hermanos de doña Rosa Vélez de la Campa, mi antepasada eran: don Francisco Antonio Vélez dela Campa, nacido en 22 de agosto de 1762 en Mazcuerraz, don Felipe Vélez de la Campa, también de Mazcuerraz, María Vélez y don Juan Antonio Vélez de la Campa, que nació en Mazcuerraz y se avecindo en Jerez, Zacatecas, y dejo suscepción.
    Mis antepasados don Juan Anselmo de la Campa y doña Rosa Vélez dela Campa, fueron padres de don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa, que nació en Mazcuerraz en junio de 1754 y se avecindo en Jerez, Zacatecas, donde fue alcalde Ordinario de esa Villa de Jerez de la Frontera de la Nueva Galicia, y mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, que como Mayordomo construyó el Santuario de la Soledad, de 1805 a 1817 o 18 en que murió.
      Don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa, se casó en Jerez en 1787 con doña Rafaela Salinas de la Torre, ella murió en 1810. Tuvo por hijo entre otros a don Juan Antonio de la Campa Salinas, nacido en Jerez, y casado con doña María Antonia Teófila Llamas Acevedo, y fueron padres de mi tatarabuelo don José Gabriel de la Campa Llamas, también nacido en Jerez, Zac., y casado con doña Refugio Dávila Escobedo y Félix (los que se fugaron de Jerez).
     Así don Dionicio de la Campa Cos y del Valle, era medio hermano del Conde de San Mateo de Valparaíso don Fernando de la Campa y Cos, su hija doña Ana María de la Campa Cos y Ceballos Villegas segunda condesa de San Mateo, era prima hermana de don Dionicio de la Campa y de la Fuente, la hija de doña Ana María de la Campa, llamada doña María Ana de Berrio y de la Campa, marquesa del Jaral de Berrio, era prima en segundo grado de don Juan Anselmo de la Campa y Ribero y don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa, era primo en tercer grado de don Juan Nepomuceno Berrio y de la Campa, ultimo conde de San Mateo de Valparaíso, marques del Jaral de Berrio y marqués  de Villafont. Don Juan Antonio de la Campa y Salinas, papá del novio de esta historia, es primo en cuarto grado de la famosa familia de los Moncada y Berrio y de la Campa y también era primo de los García Salinas, dueños de varia haciendas.
Los hermanos don Anselmo y don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa fueron; 
 Don Anselmo de la Campa y Vélez de la Campa nació en Mascuerraz Valle del Cabezón de la Sal, se avecindo en Jerez,  Zac., y se casó con doña Fermina Román que murió en Jerez el 22 de noviembre de 1820, él fue Mayordomo de Cofradía y Alcalde de Jerez en 1798, sus hijos;
José Valeriano de la Campa Román, nació en Jerez el 7 de abril de 1808.
José María Anselmo Tiburcio de la Campa Román, nació en Jerez en septiembre de 1810, y se casó con doña Refugio Salcedo, hija de don Esteban Salcedo y doña Isabel Ramos. Su hija Fabiana Jovita de la Campa Salcedo nació en 1845.
Juliana de la Campa Román, se casó con Rosario Flores, y su hija Josefa Flores Campa nació en Jerez en 1845.
Y José Inocencio de la Campa Román, que murió en 1861.
Don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa, en 1785 lo encontramos en Jerez como cofrade de Nuestro Amo, murió en Jerez en 1817. Se casó con doña Rafaela Salinas de la Torre. Murió el 4 de enero de 1812.     Sus hijos;
Doña Teresa de la Campa Salinas, se casó con don Manuel Martínez de Velasco, hijo de don Pablo Martínez de Velasco y doña Josefa Ortiz de Velasco. Originario del lugar de Viergol en el Valle de Mena, Obispado de Santander. Se casaron en 1802.
El Lic. Don José María de la Campa Salinas, nació en Jerez, y se casó con doña María del Refugio Raigosa, hija de don Francisco Raigosa y doña Juana de Luna. Sus hijos;  María del Refugio de la Campa Rigosa, nació en Jerez, en 1814; María Josefa de la Campa Raigosa, se casó con don Apolonio García Rojas, y tuvieron dos hijos: María del refugio y  José Guadalupe de la Campa Raigosa; Jose Maria Epigmenio de los Dolores de la Campa Raigosa, caso con doña Josefa Román, y fue su hija María del Sacramento Josefa de la Campa Román, que nació en 1860 en Trancoso.  El Lic. Don José María de la Campa Salinas, fue Ministro de la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia y electo Juez de Letras del Partido de Fresnillo, en 1831.
Y don Juan Antonio de la Campa Salinas, que se casó en Jerez, con doña Antonia Llamas, y sus hijos fueron;
Juana María de la Campa Llamas, nació en Jerez en 1834; Teófila de la Campa Llamas, caso con María de Jesús García, sus hijos: María Isabel Campa García nació en 1861, y Agustín Campa García, nació  en 1866.
Jesús de la Campa Llamas se casó  en 1847 con doña Luisa Llamas, hija de don José Dionicio Llamas y doña María Lina Escobedo.  
Y don José Gabriel de la Campa Llamas, el novio. 


En el archivo Parroquial de Jerez, Zac., se encuentra la fundación de una capellanía de la siguiente manera:
“En el Campo Santo de Xerez a 15 de diciembre de mil ochocientos veinte, yo el presbítero don José Manuel Sánchez como teniente de Cura di sepultura Eclesiástica con entierro mayor, misa, vigilia, cuatro pozas, fábrica de veinte pesos y acompañado de … Señores Sacerdotes  al cadáver de doña Ignacia de la Campa, originaria y vecina de esta villa, hija legitima de don Juan Antonio de la Campa y de doña Rafaela Salinas; hizo su disposición testamentaria siendo sus albaceas don Manuel Velasco, Eugenio Inguanzo, por codicilo que hizo últimamente para reforma de su testamento del que dejaba al difunto don Juan Salinas, dejo a las mandas forzosas de limosna de un paso cada una por su alma y la de sus padres repartidas entre las tres a voluntad de sus albaceas= Ítem. Dejo mil pesos fincados con la obligación de que se digan doce misas cada año por su alma y principio de una capellanía en el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad y suplica al que la acepte pensione al capellán las otras que le parezca; deja trescientos pesos más para los gastos de esta finca a fin de ella quede integra. Deja dos cintillos grandes, dos candeleros de plata grandes y unas cortinas de Damasco a Nuestra Señora de la Soledad de esta Villa. Deja un rosario engarzado de oro, etc.”   
Son muchas las capellanías que fundo la familia de la Campa durante el periodo Virreinal en la Nueva Galicia. Es quizá la familia que más capellanías tiene en este obispado de Guadalajara.

Los pretensos.

Los descendientes de don José Gabriel de la Campa Llamas en su primer matrimonio.

    Don José Gabriel de la Campa Llamas, su nombre completo es José María de la Piedad Rafael de Jesús de la Campa Llamas, nació en Jerez el 17 de marzo de 1826.
Se casó en primeras nupcias con doña Josefa Irolo el 13 de enero de 1847, en Jerez, Zac.
En la hacienda de Trancoso nació su hijo don Antonio de la Campa y su acta dice así:
En la hacienda de Trancoso a los seis días del mes de abril de 1849 yo Fray Guadalupe Coronel con licencia del Sr. Cura bauticé  solemnemente y puse los santos oleos y sagrado crisma a Juan Antonio de los Ángeles de cinco días de nacido en esta hacienda, hijo legítimo de José Gabriel de la Campa y de doña Josefa Hirolo. Abuelos paternos Juan de la Campa y Antonia Llamas, abuelos maternos José Hirolo y Viviana Valdez, padrinos Antonio Berumen y madrina Antonia Valdés a quienes advertí su obligación y parentesco espiritual.   Fray Guadalupe Coronel.  
   Don Juan Antonio de la Campa Hirolo o Irolo, se casó con doña María de Jesús Vázquez, en Durango, Dgo., el primero de octubre de 1881, y su hijo José Francisco Alfonso de Jesús de la Campa Vázquez, se casó con una Sra. de apellido Pérez, él fue Oficial Mayor del Congreso del Estado de Zacatecas y compuso varios acrósticos en 1947 que se colocaron en el Mausoleo de los Hombres Ilustres en el Panteón de la Purísima de Zacatecas, y sus hijos fueron; Don Francisco de la Campa Pérez, padre de mi prima Socorro de la Campa. Carmen de la Campa Pérez, Juan Antonio de la Campa Pérez, Felipe de la Campa Pérez, Luis de la Campa Pérez y Enrique de la Campa Pérez.   
Otros hijo de don José Gabriel de la Campa y Josefa Irolo son; Gabriel de la Campa Irolo; Antonia de la Campa Irolo, se casó con un Sr. De apellido Ortega; Higinia de la Campa Irolo, que nació en 13 de enero de 1855; Vivianita de la Campa Irolo, que se casó de 14 años en Jerez en 1865 con don Francisco de Borja Sánchez, sus hijos; María Dolores, Alberto José de Jesús y María Belem Sánchez Campa, don Francisco de Borja era hijo de Don Jesús Sánchez y Teodora Fernández.
Don José Gabriel tuvo un hijo natural con Arcadia Hurtado llamado Daniel de Jesús de la Campa Urtado, que nació en 1877.   
Un documento:
En Jerez, 1889, Testamento de Vivianita de la Campa:
Francisco de Borja Sánchez, mayor de edad y vecino de este lugar, como mejor proceda ante V. La Señora mi esposa doña Bibiana Campa, falleció la mañana del día 20 del corriente (diciembre) bajo testamento nuncupativo.
Testamento 1° de Junio de 1889. En su casa habitación, sita en el número 35 de la Principal Plaza de esta ciudad, la señora doña Bibiana (o Viviana) Campa de 36 años de edad originaria de… hija de los finados José y Josefa Irolo, casada con don Francisco Sánchez, sus hijos que viven: María, Dolores, Alfredo, José Jesús y María Belem Sánchez Campa.
Doña Dolores con Presencia de su esposo don Lauro Suarez del Real.


Los descendientes de don José Gabriel de la Campa Llamas en su segundo matrimonio.

Son tres los hijos de este segundo matrimonio con doña Refugio Dávila; don Jesús de la Campa Dávila, que nació en Jerez el 26 de diciembre de 1866; don José Cipriano de la Campa Dávila; y doña Ángela de la Campa Dávila, que nació en Jerez en 1863.   
José Cipriano de la Campa Dávila, se casó con Esperanza Paz y sus hijos son; Adolfo de la Campa Paz; Alfonso de la Campa Paz, casó con Consuelo N., sus hijos; Alfonso, sin sucesión, Consuelo se casó con Oscar Torres y tuvo dos hijos: Oscar y Alfonso; Antonio de la Campa Paz, se casó con Aurora Palacios, padres de don Genaro de la Campa Palacios, que casó con Eliza Paz, su hija fue doña Elvira de la Campa Paz, casada con Francisco Lagos, padres de Francisco , Gabriela, María, Eugenia y Mario Iván.
En otro matrimonio don Genaro de la Campa con Josefa Jerez Cook, tuvo tres hijos; Genaro de la Campa Jerez, vive en Guadalajara, casado con Gloria Martínez, Areli de la Campa, se casó con Armando Morales, y Elsa de la Campa, se casó con Antonio Martínez.
Ángela de la Campa Paz, no dejo sucesión;  José de la Campa Paz, se casó con María Martínez, con tres hijos: Ema, Joaquín y María José; y Benjamín de la Campa Paz, casado con Zoila Palomeque, con tres hijos: Humberto, Consuelo y Aurora casada con Enrique Cruz.
En otro matrimonio don José Cipriano de la Campa Dávila con Manuela Tovilla, tuvo a doña Refugio de la Campa Tovilla, madre de mi primo (que me dio la información) Alberto Torrescano de la Campa, su padre era don Alberto Torrescano Escalera. Y mi primo nació en 1957 y se casó con María Elena Pérez Aguilar, que nació en 1960, y sus hijos son: Alberto que nació en 1995 y María Elena que nació en 1992.  
Doña Ángela de la Campa Dávila, nació en Jerez, su acta de bautismo dice así:
“Al margen: Jerez, Ángela Rosenda de la Concepción.
En la Iglesia parroquial de la ciudad de Jerez, a nueve de octubre de 1863, yo el presbítero Ursino Sánchez por disposición del Sr. Cura bauticé solemnemente y puse los santo soleos y crisma a Ángela Rosenda de la Concepción, nació el día primero a las seis de la mañana, hija ilegítima de Don José Gabriel de la Campa y doña Refugio Dávila Escobedo, abuelos paternos don Juan Antonio de la Campa y doña Antonio Llamas, maternos don Ignacio Dávila Escobedo y doña Petra Félix, padrinos don Juan Ruiz de la Campa y doña Viviana Campa, hermanos a quienes advertí su obligación. Y para que conste lo firme con el Sr. Cura.  
Juan N. Dávila             Ursino Sánchez.” 
Doña  Ángela de la Campa Dávila se casó en Jerez con don José Sebastián Cabrera Acuña en el año de 1883, ella de 20 años de edad y el de 31 años. Sus hijos sin numerarlos por fecha de nacimiento fueron;
Elena Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1881.
La Madre Guadalupe Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1883, y murió en México de 103 años de edad. Religiosa de la Compañía de María.
El Padre don Jesús Cabrera de la Campa, nació en Jerez, fue ordenado sacerdote a los 33 años, fue capellán del Santuario de la Soledad de Jerez y en 1917 falleció de epidemia de Tifo en Zacatecas.
Joaquín Cabrera de la Campa murió en 1930 en Retaluleo, Guatemala.
Teresa Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1900.
José Sixto Cabrera de la Campa, falleció en 1981 en México.
Agustín Cabrera de la Campa. 
Soledad Cabrera de la Campa.
La Madre Ángela Cabrera de la Campa, Superiora general en Fresno, Cal. (me platicaba mi abuela que su hermana sabía hablar como siete idiomas, era muy culta). Religiosa de la Compañía de María.
María (Marico) Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1904.
Luz María (Lucha) Cabrera de la Campa, nació en Jerez el 8 de febrero de 1908, se casó el 12 de julio de 1943 con don Francisco López Manjarrez, falleció el 21 de abril de 1976 en México D. F.  
Y mi abuela doña Carmen Cabrera de la Campa, nació en Jerez el 13 de diciembre de 1892, y murió en Aguascalientes, Ags., por el año de 1980. No recuerdo la fecha.
Se casó en Jerez en 1912 con el Lic. Don José Gumersindo del Hoyo Raigosa.
Doña Ángela de la Campa fue dueña de la Hacienda de Arroyo Seco de Arriba que vendió en 1923, y de la casa del Banco en Jerez, (Giro comercial), que donó al Obispo de Zacatecas don Miguel de la Mora, bienes heredados de su esposo don José Sebastián Cabrera Acuña. (Luego hablaré de la Casa del Banco).
Encontramos una escritura del tenor siguiente:
En 1923, ante notario don Luis D. Hernández, en Zacatecas.
“Viernes 12 de enero de 1923.- La señora Ángela de la Campa viuda de Cabrera, mayor de edad de esta vecindad domiciliada en la Avenida Hidalgo N° 40, dijo: que confiere poder general amplísimo para actos de administración de dominio, negocios judiciales en favor del señor Licenciado don Francisco Llamas Noriega vecino de la Ciudad de León, Guanajuato, para que en su nombre y representación  de la exponente, arriende, venda, compre, ceda done, hipoteque, etc.,” 

Apéndice documental.

En los libros de Gobierno de la Parroquia de Jerez, Zac., en una visita del Ilustrísimo Sr. Obispo de Guadalajara se encuentra lo que respecta a testamentos.
“El que otorgo don Isidro Abundio de la Torre instituyendo albaceas y herederos y ordenando en la cláusula tercera se dieren a las mandas forzosas lo que sus albaceas asignaran. En la quinta deja a su alma por herencia de sus bienes para que sus albaceas los distribuyan en lo que les pareciere conveniente. Y por no acreditarse el cumplimiento de esta cláusula mando su Señoría Ilustrísima a los albaceas lo verifiquen dentro del término de 4 meses  y haciéndolo constar así, desde ahora para entonces lo dio por incitado y pagado en cuanto a la eclesiástica jurisdicción toca. 
Testamento de don Pantaleón de la Torre.
El otorgado a nombre y con poder de don Pantaleón de la Torre por el presbítero don Juan de Dios de la Torre y don Ignacio Miranda instituyendo albaceas y herederos  y ordenando en la cláusula, se dieron a las mandas forzosas a un peso cada una: en la séptima que sobre los bienes que deja a su esposa doña Isabel Peredo a saber la casa de su morada con su homenaje, plata labrada de uso, seis piezas de esclavos y las alhajas, así preciosas como comunes, se finquen mil doscientos pesos en la forma que se expresará en la cláusula siguiente, y en caso que con esta condición no admita su esposa la donación indicada, entrara entonces a la masa común del caudal los citados bines y de ellos se pondrá la finca. En la octava que dichos un mil doscientos pesos sean para que con sus réditos se expensen los gastos de las 48 horas que esta patente el Divinísimo Señor Sacramentado en esta Parroquia en tres días de Carnestolendas en la misma conformidad, que se ha celebrado en los años anteriores por dicho don Pantaleón quien encargo a sus albaceas solicitaran el Ilustrísimo Señor Diocesano se extendiere a esta Parroquia la gracia concedida a las Parroquias sin que haya fondos para sufragar estos gastos con la decencia debida respecto a la dotación que queda hecha. En la décima que antes de la división de bienes se saque la cantidad de setecientos veinticinco pesos y se entreguen al presbítero don José María Patrón para la distribución que le comunico el testador: en la undécima nombre por patronos de la obra pía que se ha de fundar con los un mil doscientos pesos a don Ignacio de Miranda, y al alcalde ordinario más antiguo que ahora y en adelante fuere de esta villa y aquel que por la falta del primero nombre este para que le suceda en el patronato pasándolos por lo respectivo al alcalde ordinario más antiguo los recados conducentes al muy Ilustre Cabildo, y el sobrante del redito anual se invierta por los citados en misas dando por cada una la limosna de dos pesos, y se aplicaran por las almas del instituyente, y su consorte doña Isabel. En la décima quinta declara haber sido albacea de don Salvador de la Torre su hermano, y que de esta testamentaria hay una finca piadosa de 500 pesos con cuyos réditos se celebra anualmente una misa a santa Gertrudis el día 16 de noviembre dando de limosna diez pesos y los quince restantes se invierten en la celebridad de Nuestra Señora del Rosario en la Dominica de octubre, ambas en esta villa; y de esta obra pía deberá ser patrono luego que este habilitado don Juan Bautista de la Torre, hijo del Instituyente, y después de este el que el nombrare, y en el ínterin sus albaceas. En la décima sexta declara haber sido albacea de don Isidro Abundio de la Torre, y tener cumplido parte de su testamento, y lo que falta por cumplir harán sus albaceas para lo que hay sobrante veinte y ocho mil pesos seis reales y siete octavos existentes en poder de don Tomas Calderón vecino de Zacatecas veinte mil pesos, en el de don José María Nafarrate tres mil, y en el de don Anselmo de la Campa, este y el antecedente vecinos de esta villa mil pesos cuyas cantidades se hayan caucionadas con las correspondientes fianzas e hipotecas, y los cuatro mil setecientos cincuenta y siete pesos seis reales siete octavos en los bienes de dicho don  Pantaleón. En la décima séptima declara que la referida cantidad perteneciente a la testamentaria de don Isidro se han de hacer las dotaciones siguientes: Primera que se han de fincar seis mil pesos para la escuela de primeras letras, y los trescientos pesos de sus réditos se han de dar anualmente al maestro de ella quienes han de tener la obligación de admitir a la escuela a cuantos niños se le presenten de cualquiera clase, calidad o condición que fueren, cuidando como debe de ser buena crianza e instrucción y de que asistan los jueves de cada semana a la misa de renovación y los domingos del mes a la de cofradía, yendo en comunidad cantando la doctrina cristiana, y regresándose en la misma conformidad a su escuela, y los sábados asistieran a el rosario que se reza a María Santísima en la Iglesia Parroquial o en la Iglesia Hospital encargándoles que en estos religiosas actos procedan con modestia, orden y rueguen a Dios por los benefactores: que el maestro no reciba por vía de paga ni las más leve cosa, ni los pensione a llevar los sábados velas, ni otras cosas como suelen acostumbrar en algunas escuelas o casas de esta naturaleza: que la lectura comience en los días de enseñanza en el invierno a las siete de la mañana hasta las doce, y en la tarde de las dos hasta las cinco, y en el verano, estío y otoño comenzaran a las seis de la mañana hasta las doce y en la tarde desde las dos hasta las cinco y media, siendo la casa del maestro contigua a la de la escuela sin que pague por ella renta alguna: en la décima octava instituye por patrón de esta obra pía el muy Ilustre Cabildo de esta villa, al Cura que ahora es y en adelante lo fuere de ella, y a don Ignacio de Miranda y por su fallecimiento a los hijos varones de este prefiriendo el mayor al menor, y en caso de no tenerlos lo sea el pariente varón más inmediato de dicho don Pantaleón quienes ejercerán las funciones del patronato procurando que la elección de maestro siempre que ocurra sea en el más benemérito a cuyo efecto presamente deberá ser electo el sujeto en quien recaiga el mayor número de votos, siendo los que deben votar los seis regidores de oficio, el párroco y el patrón, y en el evento de que no esté completo el número de los citados regidores botaran por los que falten aquellos eclesiásticos hijos de la patria, que el cabildo, párroco y patrón por medio de recado político soliciten a este fin, y en caso de que no haya patricios eclesiásticos bastantes de los que haya vecinos completaran el número, y saliendo dos sujetos con igualdad de votos se solicitara al síndico procurador quien instruido por la junta que a este fin se ha de celebrar de los méritos de los votados del suyo decisivo con respecto al que le parezca más idóneo por ser tan interesante al estado la buena educación de la juventud. En la décima nona que de dicha cantidad se finquen seis mil peos para que sus réditos se inserta en el honorario de un Preceptor de Latinidad, y que siéndolo ahora el presbítero don Juan de Dios de la Torre su albacea, era su voluntad que por renuncia de este u otra causa le sustituyera en la preceptoría su ahijado don Tadeo Ceballos, y después de este o en caso que antes de estar idóneo para ello se verifique la dimensión del actual preceptor, interinamente lo nombrara el patrono de esta obra pía de manera que no haya notable intermisión de tiempo, y que fue su voluntad fuese  el patrono don Ignacio de Miranda, y después de sus días los hijos de este, cesando con ellos, siguiendo en el patronato el deudo más inmediato del citado don Pantaleón prefiriendo el mayor al menor, siendo condición que siendo iguales en idoneidad los consanguíneos del referido don Pantaleón e hijos de la patria sean preferido aquellos, y estos a los extraños que hallándose con aptitud soliciten o sean solicitados para preceptores a quienes les encarga que no solamente procuren la mejor instrucción en la latinidad, sino especialmente les inspire el santo temor de Dios, observando para esta enseñanza el método de los días y obras que se observa en el colegio tridentino del Señor San José de la ciudad de Guadalajara y en el caso de que en algún tiempo se funde colegio u otra catedra de niños esta deberá agregarse a la fundación de aquellas guardando siempre para su provisión lo que antes se ha dicho sobre la preferencia de los consanguíneos e hijos de la patria, y los escolares deberán asistir a la misa de mes a tomar las varas de palio, o luces que se dieren en la procesión ayudando el preceptor de que en este día verifiquen la confesión, y comunión que generalmente se acostumbra en los colegios a llaman de regla.   
En la vigésima que la referida cantidad de don Isidro se funde una capellanía con principal de seis mil pesos, y trescientos de renta, y la obligación al capellán de celebrar en cada un año seis misas por las animas de los fundadores, y de asistir tres horas al confesionario desde la primera dominica de cuaresma hasta la octava de Corpus inclusive, distribuidas las horas en esta forma; una por la mañana y será de 8 a 9, y dos por la tarde que serán de las tres y media a las cinco y media, de tal suerte que por ningún motivo o precepto a menos que no sea por grave enfermedad pueda omitir la asistencia diaria al confesionario, y en el caso que el accidente que lo envarase se juzgue sea por días considerables como seis u ocho, solicitara el capellán con ser con el estipendio que quiera asignarle de manera que no falte en los días asignados, y en el caso de no verificarse así no será suya la renta que se venciere en la falta, y la que fuere se aplicara a la fábrica de esta parroquia, o a los pobres del lugar debiendo ser la asistencia en las horas referidas ocurran o no penitentes, y para que esto por un efecto de prudencia no se retraigan de llegar al confesionario, el capellán no podrá invertir el tiempo que en él debe estar en rezar las horas canónicas siendo obligación de dicho capellán residir en esta villa por ser la mente del fundador el proporcionar a sus habitantes el mayor número de sacerdotes que les den el pasto espiritual y el patrono deberá participar, y suplicar al párroco se le dé el puntual cumplimiento de las obligaciones referidas. En la vigésima prima nombra por primer capellán al presbítero don José María Patrón, en segundo a don Domingo de la Torre, en tercero a don Pantaleón Barragán hijo legítimo de don José María Barragán y de doña margarita Ruiz de Guadiana y por falta de estos al deudo más cercano del referido don Pantaleón, y en el evento de que no haya consanguíneos el hijo de esta patria más apto y más pobre prefiriendo siempre en los llamados el mayor al menor, siendo el patrono de esta capellanía don Ignacio de Miranda, y los sucesores de este según queda dicho en las clausulas antecedentes. Y el preceptor de latinidad, maestro de escuela y capellán penitenciario, para cumplir con sus obligaciones no podrán servir otros empleos incompatibles  con los de su ministerio como son el de vicarios o tenientes de cura. En la vigésima segunda ordena que en la citada cantidad se funde con el principal de un mil pesos un aniversario para que con los réditos se celebre cada año por el alma de don Isidro el día doce de enero en esta parroquia precediendo el día anterior los dobles acostumbrados, y en caso de que haya sobrante el que fuere se manden decir misas con la limosna de dos pesos por la anima del mismo don Isidro, y han de asistir sin que se les asigne ni perciban cosa alguna el referido capellán, el preceptor de latinidad, y maestro de escuela, el día del aniversario con sus respectivos discípulos: nombrando por patronos de esta obra pía a el alcalde ordinario menos antiguo de esta villa, que es y en adelante lo fuere, y al precitado don Ignacio de Miranda, y por su defecto los sujetos que están nombrados por tales en las anteriores. En la vigésima tercia ordenó que de la misma cantidad se finquen cuatro mil pesos y su redito se le dé a doña Inés de la Torre, su hermana durante los días de su vida y después de ellos se inviertan dichos cuatro mil pesos en los gastos que erogare la solicitud de la colocación del templo de Nuestra Señora de Guadalupe que se está fabricando en esta villa y el sobrante se invierta en adorno del mismo templo del que fue su voluntad del testador fueran patronos sus albaceas don Juan de Dios Torre y don Ignacio de Miranda, y después de sus días los que nombraren estos. En la vigésima cuarta que deducidas las fundaciones que quedan asentadas y los gastos que se erigieren en ellas, se asigne el principal que parezca a su albaceas bastante a suplir los reparos que necesiten las casas de enseñanza, y con la restante cantidad se funde un ramo de capellanía de que será el primer capellán don Juan Bautista de la Torre su sobrino, y por su defecto al consanguíneo más inmediato del enunciado don Pantaleón, siendo los patronos de ella los capellanes que la sirven, y las pensiones que deba tener deja al árbitro de sus albaceas, quienes con respecto al principal se las pondrán: en la vigésima sexta declara el testador haber llegado a su noticia que don Ignacio Dávila marido y conjunta persona de doña Josefa Peredo quien fue mujer de don Isidro de la Torre intentaba promover Litis representando haber sido agraviada su esposa en lo que le pertenecía de gananciales de su primer matrimonio, y que como esta solicitud se da en deshonor de ambos testadores era su voluntad que de las dotaciones referidas pertenecientes a la testamentaria de don Isidro no se finquen hasta que se califiquen haber procedido con cristiandad y honradez, gastándose en el Litis que se prepara dé cuenta de la testamentaria lo que fuese necesario: en la trigésima octava ordena dicho don Pantaleón  que una quinta parte de su caudal se distribuya por sus albaceas en los pobres de esta villa: en la Trigésima nona que de otra quinta parte de su caudal se saquen tres mil pesos para ayuda del templo que se intenta fabricar a Nuestra Señora de la Soledad que se venera en la Iglesia Hospital de esta villa, en caso que dentro de un competente termino y según el estado de las diligencias que a este fin se han practicado estimen sus albaceas bastante y en el de no verificarse lo inviertan a su arbitrio en los cultos de la misma imagen, dándose de esta quinta parte a su hermana doña Inés de la Torre quinientos pesos: cien a su hermana política doña Marian del Rio y Loza, y cien pesos a cada uno de los cuatro hijos menores de esta: en la cuadragésima que de la otra quinta parte se saquen dos mil trecientos pesos para lo que les comunico privadamente a dichos albaceas. En la cuadragésima tercia declara tener en la casa que fue de José Suarez por lo que este le salió debiendo, y la que fuere deja a Nuestra señora del Rayo que se venera en Susticacán, en su vista dijo S. S. I. se cumpla por los albaceas con lo prevenido por el testador en las clausulas antecedentes dentro del término de trece meses. Y para que no se tarden las fundaciones piadosas respectivas al testamento de don Isidro Torre mando que dichos albaceas se presenten ante la Justicia ordinaria para que se reconvenga a don Ignacio Dávila a fin de que represente el derecho que tenga su mujer doña Josefa Peredo a los bienes del citado don Isidro, o se desista del dejando expedita la testamentaria para que se proceda a dar cumplimiento a lo ordenado de cuyas resultas darán cuenta dentro del término de tres meses, y de la ejecución de todo lo demás así que  haya verificado, bajo cuyas condiciones, desde ahora para entonces dio su Señoría Ilustrísima por visitado dicho testamento, y pagado en cuanto a la eclesiástica jurisdicción toca”.

Guadalupe, Zac., Semana Santa de 2020.



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 Firmas de don José Gabriel de la Campa Llamas y doña Refugio Dávila de Campa.









 Panorámica de Jerez desde la casa que fue de don Ignacio Dávila Escovedo. Fotografia: Bernardo del Hoyo Calzada.




 Panorámica de Jerez desde la casa que fue de don Ignacio Dávila Escovedo. al fondo La Parroquia de la Inmaculada. Fotografia: Bernardo del Hoyo Calzada.




 Reloj de Sol colocado por don Ignacio Dávila Escobedo y doña Josefa Peredo.


 Interior de la casa en que vivió doña Refugio Dávila Félix de Campa.


 La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.


 La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.





 El poeta jerezano Lic. don Ramón López Velarde y Berumen, colección: Doctora Gloria López Velarde y Zapata, hija de un hermano del poeta.





  La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.


 El Santuario de la Soledad de Jerez.


 Interor del Santuario de la Soledad de Jerez.





 El Santuario de Nuestra Señora de la Soledad de Jerez en los dias del novenario a fines del siglo XIX.


 Reloj de sol en la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.


 Reloj de sol en la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.


 Placa de cantera en la casa de don Ignacio Dávila Escobedo.


 Panorámica de Jerez, con la Parroquia y el santuario al fondo. Colección: Concepción Ortega Márques.


 Pórtico del Santuario de la Soledad de Jerez, colección familia Moto del Hoyo.


 Calle de la Aurora de Jerez.


 El pozo de la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.


 El pozo de la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.






 El portal de los Escobedo en Jerez.


 Portada de la Parroquia de Jerez, Zac.


 Retrato de Nuestra Señora de la Soledad de Jerez, fines del siglo XIX. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.



 Foto estereoscópica de Jerez, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.


  Foto estereoscópica de Jerez, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.


 Don José Gabriel de la Campa Llamas.


 Doña Refugio Dávila Escobedo Félix de Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.


  Doña Refugio Dávila Escobedo Félix de Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.


 Doña Petra Félix de Arallano de Dávila. Colección: Bernardo del Hoyo Calada.


 La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.


  La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.


  La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.


  Doña Ángela de la Campa Dávila de Cabrera.


   Doña Ángela de la Campa Dávila de Cabrera y su nieta Elena del Hoyo Cabrera.


 Don Antonio del Campa Irolo y su esposa María de Jesús Vazquez de Campa.





 Don José Cipriano de la Campa Dávila.


 Doña Vivianita de la Campa Irolo, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.



  Doña Vivianita de la Campa Irolo de Sanchez y sus hijos los Sánchez Campa.


 Don José Sebastian Cabrera Acuña. Coección: Bernardo del Hoyo Calzada.


 Dr. don Pedro Vélez de la Campa y Zuñiga Fajardo.


  Dr. don Pedro Vélez de la Campa y Zuñiga Fajardo.








 Don Sixto Cabrera de la Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.


 Don Joaquín Cabrera de la Campa.


 Doña Carmen Cabrera de la Campa de del Hoyo.


  Doña Carmen Cabrera de la Campa de del Hoyo.


 Ángela Cabrera de la Campa.


 Don León Cabrera Llamas y Kita Reveles.





 Don Jesús Cabrera de la Campa.



 Don Pantaleón y don Isidro Abundio de la Torrre, retrato que existió en el Instituto Jerezano de Cultura, antiguo edificio de la Torre se lo llevó que según eso para restaurarlo y ya nunca lo regresó, el que en ese tiempo era Director de Obras Publicas del Gobierno del Estado.






 Francisco de la Campa Vazquez.






 Interior del Templo de Guadalupe, Zac., cuando no tenía bancas. 


 Foto estereoscópica de la Plaza Principal de Jerez, ahora Jardin Rafael Páez. Cortesía de Luis Miguel Berumen Félix.


 Plaza de Tacuba y Portal de los Llamas en Jerez, Zac., a un costado se aprecia parte de la casa de don Ignacio Dávila Escobedo. Foto Cortesía de Luis Miguel Berumen Félix.


 Interior de la Catedral de Zacatecas, cuando no tenía bancas.





Retrato al oleo de don Pantaleón e Isidro Abundio de la Torre, por Martha Georgina Muro Glez. Galería de los Presidentes Municipales de Jerez, Zac.


 La plaza de Tacuba de Jerez, Zac., al fondo la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.


 Pórtico y portada principal del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac.




Portada del primer libro de mi tio Eugenio del Hoyo, con dibujos que el mismo realizó para su libro.


Placa de mármol blanco en la portada del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.

Placa de mármol blanco en la portada del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.

 La antigua Plazuela Dávila, ahora de Tacuba, Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.


El Portal de los Llamas, ahora de Las Palomas, en Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.