Genealogía de don
Miguel Hidalgo y Costilla y don Agustín de Iturbide.
Por: Bernardo del Hoyo Calzada.
A esta genealogía de Genealogía de don Miguel Hidalgo y Costilla
y don Agustín de Iturbide, añadiré la genealogía de los Dozal Madriz y sus
descendientes en el estado de Zacatecas, de estas tres ramas partiré del
Capitán don Juan Villaseñor y Orosco, primero de sus ascendientes, y luego los descendientes de tres de sus
cinco hijos. De los otros dos hay muchos descendientes en Michoacán y Jalisco,
que llevan todavía el apellido Villaseñor.
Los hijos del capitán Juan
Villaseñor Orosco por parte de su madre llevan el apellido Cervantes y por lo
tanto, son parientes de don Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote,
no se incluye la familia Cervantes en esta genealogía.
En
el año de 1953, con motivo del bicentenario del nacimiento de don Miguel
Hidalgo y Costilla, se publicaron varios libros sobre el iniciador del movimiento
de independencia y entre éstos el titulado Memorias
de la Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica. Número especial de
Homenaje al P. Hidalgo, iniciador de la Independencia de México con motivo del
bicentenario de su natalicio. Vol. VIII. Núm. 18 México, D. F., 1953. Tomaré
información del primero de los artículos de la Primera Parte: Homenaje a Hidalgo.
I.
Ascendencia materna de D. Miguel Hidalgo y Costilla por la línea Villaseñor, a
la luz de nuevos documentos. Por el Lic. J. Ignacio Dávila Garibi.
Don
Ignacio Dávila Garibi nos dice como antecedentes que se basa en fuente
principal la obra del Doctor D. José María de la Fuente intitulada “Hidalgo
Intimo”, la cual se imprimió bajo los auspicios de la Secretaria de Instrucción
Pública y Bellas Artes, el año de 1910. También en el estudio genealógico del
Lic. D. Alejandro Villaseñor y Villaseñor. Y en este libro aclara don Ignacio
Dávila Garibi que “El Conquistador D. Juan de Villaseñor Orosco, no murió en
1565 como ha dicho la mayoría de los autores, sino en 1575, según pudo
comprobarlo Jesús Amaya con vista del testamento original y teniendo en cuenta
que el 24 de mayo que murió dicho Conquistador no fue jueves en 1565 y si lo
fue en 1575.
Relación Genealógica de Dávila
Garibi, sobre Don Miguel Hidalgo y Costilla
I. Don
Juan de Villaseñor y Seronis, Comendador de la Orden de Santiago, Alcalde Mayor
de la Fortaleza de Zaragoza, hijodalgo notorio y descendiente directo de los
conquistadores de Jaén y de Murcia. En su matrimonio con: Da. Elvira Tovar y Enríquez,
emparentada muy de cerca con los Marqueses de Berlanga hubo y procreó por su
legítimo hijo a: II. Don Diego de Villaseñor y Tovar, llamado el de “Burgos”
por haber pasado de Burgos a Toledo al servicio del Infante D. Enrique. Fue
originario del lugar de Villanueva de Alcaudete, a cinco leguas de la Villa de
Vélez, sirvió durante varios años a la Corona de Castilla y siendo por segunda
vez Alcalde de la Fortaleza del convento de Vélez y estando al servicio del
Rey, casó según el orden de la Santa Iglesia, en Villanueva de Alcaudete con su
consanguínea: Da. Isabel Alfonso de Villaseñor originaria del pueblo de San
Miguel Esteban, donde proceden los Villaseñor que se establecieron en Chile en
el siglo XVI. Hubieron y procrearon entre otros hijos a: III.- Don Diego de
Villaseñor y Alfonso, más conocido como por “De Burgos Villaseñor” quien
sucedió a su padre en la Alcaldía de la Fortaleza de Vélez y obtuvo en la Cancillería de Granada en 1529
real ejecutoria de nobleza e hidalguía de la cual hacen particular mención
algunos de sus descendientes en sus respectivas limpiezas de sangre.
Fue casado y velado en segundas nupcias, en la Parroquia
de Torrubia con Da. Guiomar de Orosco y Sandoval hija legitima de D. Diego de
Orozco, Comendador de Poza-Rubio en la Orden de Santiago y de Da. Guiomar de Sandoval
y Fernández, esta última, a su vez, de D. Pedro de Sandoval y Da. Catalina
Fernández. Hubieron y procrearon, entre otros hijos al: IV. Capitán Don Juan de Villaseñor y Orosco,
Conquistador y dos veces Visitador General de la Nueva España y uno de los
principales fundadores de la ciudad de Valladolid de Michoacán en el Valle de Guayanguereo,
nombrada hoy “Morelia”; Encomendero de Guango, Puruándiro, Necupétaro,
Conguripo, Zinacuéparo, Tangancícuaro, Guándaro, Tirimácuaro, Chapatiro,
Cherecho, Pénjamo, Numarán y otros varios pueblos de indios; dueño de haciendas
en los valles de Cuerámbaro, Urisipo y Villachuato con sus respectivos ranchos,
estancias y caballerías; pacificador de los chichimecas y varias veces defensor
de la estancia de Suchitlán que frecuentemente se vio atacada por dichos
indios, entre quienes estuvo a punto de perder la vista en el cerro de
Tultitlán; protector de los PP. Agustinos de la Provincia de San Nicolás
Tolentino de Michoacán y promotor de la fundación del monasterio de Guango,
cuya primera piedra colocó solemnemente el año de 1550, fundador de una
capellanía colativa de misas sobre su hacienda de Cuerámbaro, de la cual hace
particular mención en el testamento bajo el cual falleció; rico terrateniente
cuyas tierras en parte le disputaba el Conquistador Nuño de Guzmán por
considerarlas comprendidas en el
territorio de la Nueva Galicia a las que más tarde agregó los pueblos de Ayo el
Chico, Huáscato, Huascatillo, Acuibazo, Tecato y otros por mercedación del
Gobernador neogallego D. Francisco Vázquez Coronado, según documento fechado
el 2 de julio de 1544. (Guango es hoy
Villa Morelos).
Fue originario de Tarrubia, a dos leguas de la villa de
Vélez, en los Reinos de Castilla donde nació en el último año del siglo XV, o
sea en 1500; vino a Nueva España en 1524 y murió el jueves 24 de mayo de 1576,
en la noche, en su dilecta hacienda de Querámbaro, mejor dicho Cuerámbaro, cabe
la Sierra de los Remedios, en jurisdicción de Pénjamo, bajo testamento que
otorgó el mismo día ante el Escribano Público D. Pedro Cardoso.
Fue D. Juan dos veces casado, la primera, con: Da.
Catalina Cervantes de Lara, sevillana, nacida en 1516 y radicada en la Nueva
España en 1524, hija legitima del Comendador D. Leonel de Cervantes, natural de
la Villa de Tarrancona en Castilla la Nueva, Conquistador de Nueva España y uno
de los primeros europeos que se avecinaron en la ciudad de México, y de Da.
Leonor de Lara y Andrada; nieta en línea paterna de D. Diego de Cervantes, natural
de Alcalá de Guadaira, hijodalgo notorio de casa y solar conocido, Comendador
de la Orden de Santiago, [pariente de Miguel de Cervantes Saavedra] etcétera, y
de Giomara de Tello originaria de la Extremadura, y en línea materna, nieta de
D. Gaspar de Andrada, alcalde de Burguillos (a quien varios genealogistas –Núñez
de Haro, entre otros– hacen descender del conde D. Mendo Rausona) y de Da.
Isabel de Lara, vecinos que fueron de la ciudad de Sevilla, cristianos viejos,
de limpia sangre, descendientes de las nobles casas infanzonadas de Salas y
Lara. Dicha Da. Isabel –según D. Eulalio Ortega y Pérez Gallardo, en su estudio monográfico referente
al Marquesado de Salinas del Río Pisuerga– fue sangre derivada de Gonzalo de
Bustios, Señor de Salas y Lara, sobrino este último del famoso juez de
Castilla, Nuño Rasura.
Hubieron y procrearon entre otros varios hijos a: V. D.
Francisco de Villaseñor y Cervantes, nacido a fines de 1536 o principios de
1537, probablemente en Guango, que como ya antes se ha dicho fue la principal
residencia de sus progenitores. En 1551cuando apenas contaba trece años de edad
pasó a la Península Ibérica, en una de cuyas universidades, la de Alcalá,
concluyó sus estudios iniciados en la ciudad de México y ya casado regresó a
Nueva España, en febrero de 1559, en compañía de su esposa y otros familiares
cuyos nombres se mencionan en la ficha marcada con el núm. 4038 en el tomo
tercero del catálogo de Pasajeros a Indias, que empezó a publicarse en Sevilla
bajo la acertada dirección de D. Cristóbal Bermúdez Plata, Director que fue del
Archivo General de Indias.
Una de sus haciendas estaba situada en el Valle de
Villachuato colindante con otras que ahí mismo poseyeron sus hermanos y en la
cual vivió hasta el año de 1581 que se trasladó con su familia a la estancia de
“El Rio” en el valle de Puruándiro, también de su propiedad, en la cual pasó el
resto de su vida.
Fue además dueño de la estancia de Cuitzeo, de la que
vendió la mitad a D. Pedro Hernández de Aguilera, el viejo, el 16 de noviembre
de 1570.
Muy joven contrajo matrimonio en Sevilla, España, con: Da.
Leonisia de Guasca y Reus hija legitima de D. Rafael Reus y Da. Ana de Guasca y
Monterreal, vecinos que fueron de la Andalucía.
Fruto del matrimonio de dicho don Francisco de Orosco Tovar
y Da. Leonisia de Guasca y Reus fueron varios hijos, habiendo sido el
primogénito: VI. D. Juan de Villaseñor
Cervantes y Guasca (o Gasca como se dice ahora) quien en memoria de su ilustre
abuelo paterno llevó los dos apellidos de este: Villaseñor y Orosco, con los
cuales fue conocido entre sus contemporáneos.
Nació el año de 1560, no sé si en la ciudad de Valladolid
donde vivían en ese años sus progenitores, o en alguna de sus fincas de campo
donde solían pasar largas temporadas. En noviembre de 1622 ya había fallecido.
Fue casado con Da. María Patiño de Herrera y Pereyra, hija legítima de D.
Francisco Patiño de Herrera y de Da. Antonia de Pereyra y Borrayo, vecinos
principales de la ciudad de Valladolid, poseedores de varios bienes de fortuna
en la provincia de Michoacán.
Desde que enviudó tuvo el deseo de acabar sus días en el
monasterio de monjas dominicas de Santa
Catalina de Siena, al lado de sus hijas Sor Juana de las Vírgenes y Sor María
de los Ángeles y para no grabar su hacienda consiguió que Da. Antonia, su hija,
entonces doncella, después también monja con el nombre de Sor María Antonio de
Santa Ana, le diera el dote; pero cuando ya tenía todo listo para tomar el
habito de religiosa de coro en dicho convento se enfermó gravemente en julio de
1623, el 25 de dicho mes otorgó su testamento y pocos días después falleció.
Dejó entre otros bienes la hacienda de Pomácuaro y varias estancias y
caballerías dependientes de aquella. Durante su matrimonio hubieron y
procrearon entre otros hijos a: VII. D. Juan de Villaseñor y Patiño, bautizado
en el Sagrario de la Catedral de Valladolid, hoy Morelia, el 12 de julio de
1598. Fue dueño de la Hacienda de la Lagunilla y condueño de la de Pomácuaro.
Fue casado con Doña María Lomelín y del Olmo originaria
de la ciudad de Querétaro, hija legitima del ilustre genovés D. Luis de Lomelín
y de Da. María del Olmo. Tuvieron por hijos a: VIII. D. Pedro de Villaseñor y
Lomelín, originario de Guango, hoy Villa Morelos, donde nació y vivió la mayor
parte de su vida, aunque en algunas cortas temporadas, residió en Puruándiro y
también en Pátzcuaro. Debe haber nacido en 1638. Murió bajo testamento privado
que otorgó en su hacienda de la Concepción ubicada en la jurisdicción de
Pátzcuaro el 8 de mayo de 1699, fue casado con Da. Inés Fernández del Rincón
originaria de Huaniqueo. Hubieron y procrearon entre otros hijos a: IX. Don
Juan Miguel de Villaseñor Lomelín y Fernández del Rincón, originario de
Puruándiro, dueño que fue de la hacienda de Jururemba y de varias estancias de
ganado mayor.
Nació por el año de 1674, murió en la Hacienda de Cuitzeo
de los Naranjos, fue sepultado en el
templo parroquial de Pénjamo.
En noviembre de 1700 contrajo matrimonio en Huaniqueo con
Da. Elena Cortés Enríquez de Silva originaria y vecina de ese lugar, hija
legítima de don Felipe Cortés Sandoval y de doña Jerónima Enríquez de Silva;
nieta en línea paterna de don Juan Ortiz Cortes y de doña Ana María de
Sandoval, y en la materna, de don Francisco Enríquez de Silva y de doña Juana
Muñoz Carbajal.
Hubieron y procrearon entre otros hijos a: X. Doña
Joaquina de Villaseñor Lomelin y Cortés, originaria de Santa María de
Huaniqueo, en cuyo templo parroquial fue casada y velada, el 17 de febrero de
1726, con D. Juan Gallaga Mandarte y
Mora, originario de la estancia de la Concepción en jurisdicción de Tecupilco;
bautizado, crismado y oleado en el templo parroquial del real y minas de
Temazcaltepec el 13 de marzo de 1700. Fue hijo legítimo de D. Fernando Gallaga
Mandarte y de Da. María de la Mora Navarro y Cabrera; nieto en línea paterna de
D. Pedro Gallaga (de origen vizcaíno) y de Da. María Mandarte (ocotlense).
Murió según el Dr. de la Fuente, en la Hacienda de
Jururamba por los años de 1734 a 1735 y fue sepultado en Huaniqueo.
Datos muy importantes sobre la familia Gallaga encontrará
el lector en la interesante y bien documentada obra de Jesús Amaya Topete
intitulada: “El Padre Hidalgo y los suyos”, así nos lo dice Dávila Garibi.
Su viuda, Da. Joaquina, que muy poco tiempo le
sobrevivió, pasó sus últimos días en San Francisco Angamacutiro y en ese lugar
dice De la Fuente que está sepultada.
En su matrimonio hubieron y procrearon únicamente una
hija que se llamó: XI. Da. Ana María Gallaga Mandarte y Villaseñor, originaria
del rancho de Jururemba, de donde fue llevada al pueblo de Huaniqueo, hoy Villa
Morelos, en cuyo templo parroquial fue bautizada, crismada y oleada el 11 de
marzo de 1731. Habiendo quedado huérfana de padre y madre la recogieron sus
abuelos maternos y por muerte de estos, sus tíos carnales D. Manuel Mateo
Gallaga Mandarte, administrador del rancho de San Vicente del Caño
perteneciente a la Hacienda de San Diego del Corralejo. Murió de parto en la expresada hacienda de
San diego de Corralejo según unos el 8 de abril de 1726, según otros el 15 del
mismo mes.
Fue casada y velada según el orden de la Santa Iglesia en
el templo parroquial de Pénjamo, el 15 de agosto de 1750 con: D. Cristóbal
Hidalgo y Costilla, originario de la hacienda que indistintamente nombran la
Huerta de las Juntas o la Junta de los Ríos, en el partido de Tejupilco, en
cuya cabecera fue bautizado el 18 de septiembre de 1753.
Fue hijo legitimo de D. Francisco Costilla y Gómez de
Betanzos y de Da. Ana María Pérez Espinosa de los Monteros, nieto en línea
paterna de D. Juan Costilla y de Da. Ana Gómez de Betanzos.
Lo “Hidalgo” les vino a los Costilla por el bisabuelo D.
Francisco Hidalgo Vedaval y Cabeza de Vaca, según descubrimiento hecho por el
doctor De la Fuente en su “Hidalgo íntimo”, quien proporciona datos sobre este
particular.
Más datos sobre los Hidalgo hallará el lector en la obra
de Jesús Amaya, ya citada.
Desde temprana edad se dedicó a los trabajos del campo y
desde 1743 hasta su muerte administró las haciendas de Da. Josefa Caracholi y
Carranza, viuda del Oidor D. Juan Picazo y Pacheco, de las cuales, era la
principal la nombrada San Diego de Corralejo.
Dichos Don Cristóbal y Da. Ana María hubieron y
procrearon entre otros hijos a: XII. D.
Miguel Hidalgo y Costilla, párroco de Dolores, iniciador de la
Independencia de México, cuya biografía es bastante conocida, por lo cual doy
por terminada esta relación genealógica, recordando únicamente que nació en la
Hacienda de San Diego de Corralejo el 8 de mayo de 1753 y fue fusilado en
Chihuahua el 30 de julio de 1811. La nación entera ha celebrado en este año de
1953 el bicentenario de su natalicio.
Hasta aquí lo escrito
por Dávila Garibi que ahora lo presento con motivo del bicentenario del inicio
de la Independencia Nacional.
Genealogía de don Agustín de
Iturbide.
Esta genealogía se
tomó del Libro Agustín de Iturbide
Libertador de México, 2a edición. De la Colección México
Heroico. Editorial Jus. México, 1962. De Ezequiel A. Chávez. I. Su Genealogía
(desde siglo XIV a fines del siglo XVIII). Pág. 5.
Esta
misma genealogía de don Miguel Hidalgo y Costilla hasta el Capitán Don Juan
Villaseñor Orosco, en la que nos dice don Ezequiel A. Chávez en:
5.-
Fundador de Valladolid con los demás españoles a quienes para ese efecto llamó
el Virrey don Antonio de Mendoza en el año de 1542, don Juan de Villaseñor y
Orosco fue en dos distintas ocasiones, Visitador de Michoacán, y como su suegro
don Leonel, Regidor del Ayuntamiento de la ciudad de México. Encomendero de una
inmensa comarca, se le habían confiado prolíficas tierras, que desde Huango, en
la margen occidental de la laguna de Cuitzeo, más extensa entonces que ahora,
iban a Nocupétaro y a Tangancícuaro; y fue luego por su natural piedad,
protector insigne de los frailes agustinos. Entre ellos, el Padre Diego Basalenque,
en su historia de la Provincia de San Nicolás Tolentino, de Michoacán, acordábase
de las grandezas de su protector, y decía, en 1644, que cuando en Huango “la
Corte Chica”. Entre los mismos frailes agustinos otro, tan ilustre como
Besalenque, el Padre Beaumont, en el volumen III de su Crónica, llamaba al
Villaseñor de antaño, al de Huango, Abraham de este Nuevo Mundo, y recordaba
cómo había repartido sus haciendas entre sus hijos –corrigiendo así él mismo,
diremos ahora, el vicio económico de su inmenso latifundio–; como sus hijos,
apuestos y arrojados jinetes, competían en sus fiestas, y como su padre
construyó “una capilla”, “para panteón
suyo y de sus hijos”, no ocupaba empero por ellos, aunque único testigo
material de la grandeza de su fundador, que en 1566, muy lejos de su casa
señorial, murió en Tacámbaro.
De sus cinco hijos, uno,
el tercero, don Francisco, fue, al través de cinco generaciones (Dávila
Garibi prueba que fueron seis generaciones), antecesor de don Miguel Hidalgo y
Costilla, y otro menor, don Diego, al través de seis, progenitor de don Agustín
de Iturbide; los dos, perdido ya para ellos en el siglo XVIII el apellido
Villaseñor. La última portadora directa de él había sido en la familia de don
Diego, doña Rosa de Villaseñor e Iriarte, que en 1720 nació en Valladolid, y
que casó con don Joaquín Carrillo. Su Hija, doña Nicolasa Carrillo Villaseñor,
nacida 19 años después, en 1739, y casada con don Sebastián de Arámburu, tuvo
por hija a doña Josefa Arámburu y Carrillo, que nació otros diez y nueve años
más tarde, el 1º de junio de 1758, en la señorial ciudad de Pátzcuaro, la de la
esplendida plaza donde en las tardes se congregaba el pueblo negro y alado de
su innumerables tordos, en tanto que allá en los aledaños de sus caserío se
mira en lo hondo, circuido por sus montañas, el milagro de belleza de la laguna
de Pátzcuaro sobre las que dilatan, musicales y fluidas las siete silabas de
sus armónicos.
La niña que allí nació, en las altas tierras riscosas
donde se juntan las vertientes opuestas del río de las Balsas, al Sur, y del
río de Santiago, al Norte –que en Pátzcuaro, neutrales y de todos, ni a una parte corren, ni a la
otra–, fue la que juntó su estirpe, ya americana por ser criolla, a la que
trajo don José Joaquín de Iturbide y Arregui, que de su tierra, Pamplona, de
las entrañas de Navarra, en el revés austral de los Montes Cantábricos, a
orillas del Arga, alto afluente del Ebro, vino a renovar con su sangre española
la corriente de la sangre, española también, que en las venas de los Villaseñor
corría, pero que ya por dos siglos y medio había estado caldeando el ardiente
sol de México, que reseca y endurece la condición de los hombres.
El hijo mas preclaro de don José Joaquín de Iturbide y
Arregui –Iturbide, esdrújulo vascuence (iturri, fuerte, y bide, camino)–, y de
doña Josefa Arámburu, Carrillo Villaseñor,
don Agustín de Iturbide –Iturbide, voz grave, que así la hizo el pueblo–,
nació el 27 de septiembre de 1783, en Valladolid, en la ciudad que, presididos
por el Virrey Mendoza, habían contribuido a fundar en 1542, sus antepasados,
don Juan de Villaseñor y Orosco y su hijo, don Juan de Villaseñor y Cervantes,
241 años hacía. Difícil fue su
nacimiento; desesperábase ya de que viniera con vida al mundo, y de que su
madre pudiera sobrevivir, cuando ésta, dice en su Historia de México don Lucas
Alamán, “imploró la intercesión del Padre Fray Diego de Basalenque”, el mismo
agustino ilustre que en 1644 había descrito con entusiasmo el esplendor de la
casa fundada en Huango por don Juan de Villaseñor y Orosco. Lleváronle entonces
sus cuitados parientes, la capa que dos siglos antes usaba Fray Diego, y que se
guardaba con veneración en el Convento de San Agustín en Valladolid, y al
recibirla, nació el niño. Nadie dudó de que debiera bautizársele con el nombre
del Santo a cuya orden pertenecía el glorioso agustino que también por santo se
tenía, y fue por lo que se le llamó Agustín.
Veintidós años tenía en 1805, cuando contrajo matrimonio
con doña Ana María Huarte, “de una familia”, dice Alamán, “de la misma ciudad
de Valladolid, tan distinguida como la suya”.
Hasta aquí lo del
libro de Ezequiel A. Chávez.
Don
Miguel Hidalgo y Costilla inició la guerra de independencia, aunque fracasó, al
igual que todos sus seguidores, pero el que vino a dar la Independencia de
México fue don Agustín de Iturbide y Arámburu en el año de 1821, pariente de
Hidalgo, por lo Villaseñor y Orosco, ambos descendientes de dicho Capitán, como
queda demostrado.
Familias zacatecanas
descendientes del Capitán don Juan de Villaseñor Orosco
La familia Dozal Madriz
La familia Dozal
Madriz proviene de España, de don Gonzalo Fernández Madriz casado con doña Elvira
González de Celis hija de don Juan González de Celis y de doña Constanza de
Somobranes. De cuyo matrimonio nació don Juan Dozal de la Madriz, casó con doña
María Sánchez de Celis, hija de don Juan Sánchez de Celis y de doña Aldonsa
Gutiérrez de Celis, vecinos de Quintanilla.
Del
matrimonio de don Juan Dozal Madriz y doña María Sánchez de Celis nació el Capitán don Juan Dozal Madriz que se
casó con doña Úrsula Caballero de Medina, probablemente en Querétaro, ya que
ella era hija del Capitán don Juan Caballero, que nació en Adbonodal, y de doña
María de Medina Corona que nació en Querétaro, habiendo sido sus padres don
Francisco Medina Murillo que nació en Benalzar, España, y de doña Isabel
González Corona que nació en la Villa de Santos, también en España.
El
Capitán don Juan Dozal Madriz fue minero en el Real de Ramos, S. L. P., a
principios del siglo XVII, de donde sacó una regular fortuna para comprar, por
el año de 1620, en subasta pública, las haciendas pertenecientes al Marquesado
de Salinas del Río Pisuerga, que eran los bienes que habían pertenecido a don
Diego de Ibarra, uno de los cuatro principales fundadores y descubridores de
Zacatecas. Estos eran 85 sitios de ganado mayor diseminados en gran parte en el
hoy estado de Zacatecas; sus haciendas principales eran San Juan de Trujillo, y
la del Valle de Valparaíso.
Doña
Ursula Caballero de Medina pertenecía a una de las familias principales de la
ciudad de Querétaro, su hermano el Capitán don Juan Caballero de Medina, casado
con doña Leonor de Ocio, fueron padres del Bachiller y Lic. don Juan Caballero
Ocio el gran benefactor de Querétaro.
Don
Juan Dozal Madriz vendió al Capitán Juan Chavarría Varela unos cuarenta sitios
con lo que formó la hacienda de Bañón, en la jurisdicción del Burgo de San
Cosme y San Damián, hoy Villa de Cos. Su
hijo Onofre Dozal Madriz era dueño de Valparaíso por el año de 1650. Otro de
sus hijos era el Capitán don Juan Dozal Madriz que se casó en la Catedral de
Valladolid hoy Morelia, el 25 de julio de 1674 con doña Aldonza Dávalos
Bracamonte e Hijar. Ella hija de don Gonzalo Villaseñor y Zúñiga y de doña
Aldonsa De Avalos Hijar Bracamonte, nieta de don Gonzalo de Villaseñor Corona y
de doña Mariana de Zúñiga, y por la parte materna de don Diego López de Avalos
y doña Francisca de Hijar Bracamonte, Bisnieta de don Juan Villaseñor Cervantes
y doña Catalina Corona.
Tataranieta
de los mencionados Capitán don Juán
Villaseñor Orosco fundador de Valladolid y de doña Catalina de Lara
Cervantes, por lo que doña Aldonsa Dávalos Bracamonte e Hijar era pariente de don Miguel Hidalgo y Costilla y don
Agustín de Iturbide, primer Emperador de México Independiente.
El
matrimonio de don Juan Dozal Madriz y doña Aldonsa, pasó a vivir a sus
haciendas de campo de San Juan de Trujillo y Valparaíso en la jurisdicción de
Fresnillo. Este matrimonio tuvo tres hijos:
El
primero Don Juan Miguel Dozal Madriz que fue posterior dueño de la hacienda de
Trujillo, se había casado en primeras nupcias con doña Teresa Casimira
Fernández de Castro, y en segundas con doña María Magdalena Rosalía de Cáceres,
con la que tuvo a doña María Isabel Dozal Madriz que casó con don Dionisio
González Muños, que fueron dueños de las haciendas de campo de La Torrecilla y
Santa Mónica; y doña María Josefa Dozal Madriz casada con el Capitán don José
Martínez de Murguía, dueños que fueron de la Hacienda de Ábrego, en
jurisdicción de Fresnillo. Su hija doña María Josefa Martínez de Murguía que se
casó con don Juan Antonio Gómez de Cossío, hijo de don Francisco Gómez de
Cossío y de doña Dominga Días de la Huerta, sus hijos fueron varios: doña María
Paula Gómez de Cossío se casó con don Genaro Ramón del Hoyo, que fueron dueños
de la Hacienda de San Antonio de la Torrecilla, hoy el Sauz, también de la
hacienda de minas de Begonia, Guadalupe, Zac. Sus descendientes son numerosos
como los Villaseñor de Michoacán, entre ellos, el licenciado don Alejandro
Félix del Hoyo, que fue síndico del Colegio Apostólico de Guadalupe y apadrinó
el pórtico de la capilla de Nápoles; otro es fray Juan de Dios Llaguno del Hoyo
que costeó la primera etapa de dicha capilla. Las familias Llaguno,
Ibargüengoitia y del Hoyo, que fueron dueños de varias haciendas como la de San
Mateo de Valparaíso, San Miguel de Valparaíso, Santa Cruz, San Jacinto, Bañón, Nuestra Señora de
Lourdes, Sauz, La Salada, la Punta, Buenavista, Espíritu Santo, San Tiburcio y
otras más.
La
segunda hija de don Juan Dozal Madriz es
doña María Rosalía Dozal Madriz, que se casó en 1701 con el ultramarino don
Fernando de la Campa y Cos, Coronel de Infantería Española, Caballero Profeso
de la Orden de Alcántara y Primer Conde de San Mateo de Valparaíso; sus dos primeras
hijas nacieron en la hacienda de Ábrego: la primera, doña Ildefonsa de la Campa
Cos Dozal Madriz, casada con don Andrés José Sánchez de Tagle, con dos hijos
que se fueron a vivir a la tierra de sus antepasados los Villaseñor, en
Valladolid hoy Morelia, y fueron dueños de varias haciendas en Fresnillo y Valparaíso,
como la de San Ildelfonso de los Corrales, Mezquite, la Salada, etcétera. La
segunda hija doña Juliana Francisca de la Campa Cos, que se casó con el Oidor
de la Ciudad de México don Juan de Olivan Rebolledo. Tuvo este matrimonio un
solo hijo, el Jesuita don Francisco Laureano de Olivan y Campa, que fundó en
Sombrerete y en la ciudad de Zacatecas el Oratorio de San Felipe Neri, pasando
a reconstruir otro oratorio en la ciudad de Guadalajara. Su madre al enviudar
se casa en segundas nupcias con su primo don José Días de la Campa; no tuvieron familia, fueron dueños de varias
haciendas en Valparaíso y Fresnillo, como la de Ábrego, San Agustín del Vergel,
Lobatos, entre otras. Don Juan Dozal Madriz había recibido en 1695 200 sitios
de ganado Mayor entre sus haciendas de Trujillo y Valparaíso, mismos que le dio
a don Fernando de la Campa y Cos como dote en 1704, con las que fundó las
haciendas de campo de San Mateo de Valparaíso, San Idelfonso de los Corrales,
Nuestra Señora de la Soledad de Ábrego y Buenavista. Doña María Rosalía Dozal
Madriz murió en la ciudad de Zacatecas en el año de 1724, sus exequias se
celebraron en el templo de la Compañía de Jesús de Zacatecas, hoy Santo
Domingo. El Conde se volvió a casar en 1733 con doña Isabel Rosa Catarina de
Ceballos Villegas, de cuyo matrimonio nació en 1734 la Condesa de San Mateo de
Valparaíso Doña Ana María de la Campa y Cos.
Don
Juan Dozal Madriz había repartido sus haciendas de la siguiente manera: a su hijo
Don Juan Miguel le dejo la Hacienda de Trujillo, a su hija Doña María Rosalía,
los 200 sitios mencionados, y a su ultima hija Doña Isabel Dozal Madriz le dejo
la Hacienda de Valparaíso, ella se casó con don Santiago García Rodallega,
tuvieron varios hijos. Don Santiago y su esposa murieron en el año de 1715 en
su hacienda de la Purísima Concepción del Valle de Valparaíso, con un mes de
diferencia, y sus menores hijos pasaron al cuidado de don Fernando de la Campa
y Cos, Conde de san Mateo de Valparaíso, que los crio como a sus hijos en la
casa de la ciudad de Zacatecas donde ahora es la escuela Preparatoria N° 1 de
la Universidad Autónoma de Zacatecas, y les cuido la hacienda de Valparaíso que
se las compró y se la dio a su sobrino don Toribio de la Campa y Cos. Ya
mayores les repartió sus bienes pertenecientes a la hacienda del Valle de
Valparaíso. Su hija doña Manuela García Rodallega se casó con el General don
Tomás de Aristoarena y Lans y fueron los dueños de dicha hacienda. Otro hijo de
los Rodallega fue don José García Rodallega que se casó con doña María
Francisca Martínez Echegollana, y su hija doña Josefa Gregoria García Rodallega
se casó en el Valle de Valparaíso con don Nicolás de Landa Mariaca, y fruto de
este matrimonio nació don Juan José de Landa que caso con doña Joaquina de
Aristoarena y Lanz, hija natural de dicho General. Otra hija de don Nicolás de
Landa Mariaca fue doña María Francisca Javiera de Landa y García Rodallega que
se casó con Don Vicente Miranda que había sido administrador de la Condesa de
San Mateo doña Ana María de la Campa y Cos. Fue dueño de la hacienda dela San
Antonio de la Sauceda en jurisdicción de Valparaíso. A sus descendientes pertenecieron
de las haciendas de San José de Llanetes, La Purísima de Carrillo, Astillero,
San Agustín del Vergel y Sauceda, entre
otras. Entre sus descendientes figura don Manuel Felgeres.
De
don Juan José de Landa y doña Joaquina de Aristoarena nació doña Gregoria de
Landa y Aristorena, que se casó con el ultramarino el Coronel don Juan Francisco
del Hoyo y Villaelriego que nació en Pámanes, Santander, y que fue apoderado de
las haciendas pertenecientes al Condado de San Mateo de Valparaíso, cuando eran
del último Conde de San Mateo, don Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio de la
Campa Cos. Fue apoderado de 1805 a 1822, en que compró en Fresnillo la hacienda
de Víboras, en jurisdicción de Tepetongo, Zac. Sus hijos nacieron en la
hacienda de San Mateo, don José Benito del Hoyo y Landa que fue dueño de las
haciendas de san Antonio de Padua y San Juan Capistrano, en la jurisdicción de Valparaíso.
Don José María del Hoyo y Landa que fue dueño de la Hacienda de Víboras, casado
con Doña Zeferina Martínez de Cossío y de cuatro de sus hijos, nació: María de
Jesús del Hoyo Cossio que construyó la capilla que hoy existe, en 1893. Don
Pablo de la Trinidad del Hoyo Cossio que nació en 1830 y murió en 1860 en la
hacienda de Víboras y tuvo un hijo natural que nació en Huejúcar, Jal. Llamado
don Eugenio del Hoyo Sandoval, quien en 1890 compró la estancia del Cacalote y
fundó la referida Hacienda. De sus hijos, algunos nacieron en Huejúcar y los
menores en Jerez, donde pasó a vivir y fue Jefe Político del Partido de Jerez
de 1901 a 1904. Don Eugenio del Hoyo se casó en Huejúcar con doña Francisca Raigóza
del Real, y uno de sus hijos el Lic. José G. del Hoyo Raigosa, se casó en Jerez
con doña Carmen Cabrera de la Campa, tuvieron varios hijos, entre ellos a mi
padre don Carlos del Hoyo Cabrera, que nació en la ciudad de Zacatecas y
se casó con doña Celia Calzada Meléndez,
originaria de Hidalgo del Parral, Chih., tuvieron 11 hijos , el sexto es el que
esto escribe.
Guadalupe, Zacatecas, junio de 2010, año del Bicentenario del
Inicio de la Independencia.