Un rapto en el Jerez del ochocientos.
Por Bernardo del Hoyo Calzada.
Platicando con mi primo Eugenio del Hoyo
Briones, en Monterrey, a fines de febrero de este año de 2020 sobre cosas de
familia, salió a relucir sobre un asunto de nuestros tatarabuelos don José
Gabriel de la Campa Llamas y doña Refugio Dávila Félix.
Me dijo mi primo; que es el mayor de los
nietos de mi abuela paterna doña Carmen Cabrera de la Campa, que mi abuela le
platicó sobre que su abuelo don José Gabriel de la Campa se había robado a
nuestra tatarabuela doña Refugio Dávila Félix, en el Santuario de la Soledad de
Jerez, Zac., y salió a relucir con más detalles lo que mi tío León Cabrera Llamas
me platicó en Jerez, hace ya varios años cuando vivía a un costado del edificio
de la Torre, ahora Instituto de Cultura de Jerez, y a un lado de la casa de los
Sánchez Castellanos, dueños que fueron de la hacienda del Cuidado, Tepetongo,
Zac., en la calle de la Aurora.
Me dijo mi tío León que mi tatarabuelo don José Gabriel de la Campa se
robó o raptó a mi tatarabuela doña Refugio Dávila Félix en caballo, y entró al
Santuario de la Soledad, que en ese tiempo (por los años de 1860) no tenía
bancas ni los pórticos que hoy tiene (muchos templos en ese tiempo no tenían bancas), y subiendo al caballo a
su novia doña Refugio, les dijo a los feligreses presentes que tomaba por
esposa a doña Refugio Dávila Félix, y dicho esto salieron del Santuario con
rumbo desconocido.
El escandalo fue mayor porque se trataba
de los hijos de dos de las principales familias de la Villa de Jerez, y el
chisme corrió como reguero de pólvora por toda la comarca jerezana. Por eso
muchas personas supieron de este suceso acaecido en Jerez, Zac.
Mi abuela me platicaba que su papá grande,
es decir su bisabuelo don Ignacio Dávila Escobedo, era el más rico de Jerez, que
era dueño de casi toda la manzana frente al Jardín Principal y a la plazuela de
Tacuba. Y cuando se trataba de algo de dinero y no tenían para pagar, decían:
“si no soy don Ignacio Dávila”.
También me platicó que en la casa de la
plazuela de Tacuba, muchos años después de la Guerra de Reforma, los nuevos
dueños encontraron en el pozo de la casa parte de la vajilla de plata de don
Ignacio Dávila Escobedo, con las iniciales en los cubiertos de plata y también
en la demás vajilla. Así se acostumbraba en aquellos tiempos.
En un tiempo durante el siglo XIX la
plazuela detrás de la Parroquia se llamó “Plazuela Dávila”, y ahora se llama Plazuela
de Tacuba.
Antes de hablar sobre las genealogías de
los novios, quiero decirles que mi amigo Enrique Salinas Enríquez, publicó en
el periódico Imagen de Zacatecas, el sábado 23 de febrero de 2002, el articulo
“Un Hecho que inspiró a López Velarde. Presunto rapto en Jerez”. “….Quiero
raptarte en la cuaresma opaca, sobre un garañón y con matraca…” Por Bernardo
del Hoyo Calzada. (Pueden verlo en el apéndice fotográfico).
“Suave Patria, vendedora de chía:
quiero raptarte en la
cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía”.
El Jerez del ochocientos.
La villa de Jerez de la Frontera, de la
Nueva Galicia, fue mandada poblar allá por el año de 1569, y poco después se despobló por causa de la
Guerra Chichimeca, y fue hasta el año de
1572 que la fundaron y poblaron de nuevo, por el Capitán don Pedro Carrillo Dávila,
don Pedro Caldera y don Martin Moreno. Se le puso el nombre de Jerez de la
Frontera, al igual que el Jerez de la Frontera, España, porque las dos villas
estaban fundadas en la frontera; en Andalucía, tenía frontera con los moros y
el Jerez de la Frontera de la Nueva Galicia, con los chichimecas.
En el siglo XVIII cuando se dedicó por el
año de 1750 la parroquia de la Inmaculada Concepción de Jerez, se le llamó “La
Villa de Santo Domingo de Jerez”, que era el Santo Patrono de la Villa, ya que
por tradición se sabía que fue el dominico Fray Domingo de Salazar el que había
oficiado la primera misa en una choza de un bárbaro chichimeca, y sobre este
lugar santificado desde ese momento, se construyó la primera parroquia de
Jerez, las demás construcciones o reconstrucciones fueron en este mismo
lugar.
En el siglo XIX, o en el Jerez del
Ochocientos, recibió el nombre de Ciudad García, porque en la hacienda de la
Labor de Santa Gertrudis, Jerez, Zac., nació el gobernador don Francisco García
Salinas.
A mediados del siglo XX mi tío el historiador
don Eugenio del Hoyo Cabrera, le nombra (no oficialmente): “El Jerez de López
Velarde”, porque en este lugar nació en 1888 el Poeta y Lic. Don Ramón López
Velarde y Berumen. Ahora simplemente se
llama Jerez, Zac., o la Ciudad de Jerez.
El poeta don Ramón López Velarde, nació en
junio de 1888, en Jerez, Zac., en la calle de la Parroquia, ahora calle López
Velarde, en la Casa Museo Ramón López Velarde. Hijo del licenciado y notario
público don Guadalupe López Velarde y doña Trinidad Berumen de López Velarde.
A los pocos años, don Ramón se va a vivir
junto con su familia a Aguascalientes, Ags., ya que su padre era originario de
Paso de Sotos, Jal., muy cerca de aquella ciudad y pone una oficina o despacho
notarial enfrente de la plaza principal de Aguascalientes, luego se va a
estudiar a la ciudad de San Luis Potosí, donde recibe el título de abogado el 13
de diciembre de 1911. (Agradezco a mi pariente el Lic. Don Guillermo López Velarde
y Hoyo, hijo del Lic. Don Guillermo López Velarde y Berumen, hermano del poeta,
que vive en Mérida, Yucatán, copia de los títulos). Don Guadalupe López Velarde,
padre del poeta recibió el título de abogado en Zacatecas el 21 de enero de
1882. Y título de Escribano Público en
Aguascalientes el 18 de julio de 1885.
Así las cosas don Ramón López Velarde, nunca
abandonó en su mente a Jerez, ya que iba de vacaciones cada año con sus tíos y
primos en Jerez, las familias Berumen, Llamas y Escobedo.
Por eso estaba al tanto de lo que sucedía
en Jerez su tierra y la de sus antepasados. Su genealogía llega a los
fundadores de Jerez, Zac., y más allá. También quiero comentarles que en su
estancia en Jerez, don Ramón conoció a su musa inspiradora Josefa de los Ríos
conocida con Fuensanta. La última vez que estuvo en Jerez fue por el año de
1918 en que fue a una candidatura, en la política.
Sobre los robos y raptos son mucho y en
muchos lugares, como por ejemplo; En la hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe
de la Quemada perteneciente a Villagutierre del Águila, en 10 de marzo de 1748
se casaron don Juan Anastasio Díaz de la Campa y doña María Josefa de
Villaseñor quienes salieron fugitivos de la hacienda de Malpaso, huyendo de sus
padres. Josefa Villaseñor era originaria de Zacatecas y radicada en Malpaso,
hija de don Antonio Villaseñor y de doña María Márquez de los Olivos, y don
Juan Anastasio de la Campa, era soltero originario de Vetagrande y criado en Zacatecas,
residente en la hacienda de Malpaso, que es hijo legítimo de don Juan Alonso
Díaz de la Campa y doña María Santana Guerra, dueños de la hacienda. Don
Antonio Villaseñor era administrador de la hacienda de Malpaso.
Muchos casos no se registran en las notarías
parroquiales, como sucedió con mis tatarabuelos, pero si quedo grabado en la
mente de todos los presentes el que dijera que tomaba por esposa a su novia
doña Refugio Dávila Félix.
La osadía y bizarría de don José Gabriel de
la Campa Llamas, viudo, y ante la negativa de los papas de la novia, no le
quedaba otro remedio ante el amor de su novia, que raptarla e irse a vivir con
ella, claro, en común acuerdo. Me dijo mi abuela doña Carmen Cabrera de la
Campa, que la desheredaron, pero, en ciertos documentos sobre la testamentaria
de don Ignacio Dávila Escobedo, está doña Refugio Dávila como heredera, al
igual que sus hermanos. En 1870 doña Refugio Dávila de Campa vende una casa en
Jerez.
Mi padre don Carlos del Hoyo Cabrera me decía que algunos miembros de la
familia Dávila se fueron a radicar a San Luis Potosí, y emparentaron con
familias distinguidas de ese lugar. Uno de sus parientes fue el poeta don Luis
Noyola Vázquez, que escribió entre otros muchos libros: “Fuentes de Fuensanta”,
en una ocasión que vino a Zacatecas a una reunión de poetas, y mi papá me lo
presentó como mi tío y se trataban de parientes. En esa
reunión mi papá presumía que tenía como primos poetas a don Roberto
Cabral del Hoyo, don Víctor Sandoval, don Luis Noyola Vázquez y a doña Dolores
Castro Varela, que asistieron a esa reunión de Poetas Latinoamericanos, creo
yo, ya no me acuerdo, pero, fue en el Teatro Fernando Calderón.
Don Ramón López Velarde debió de haber
escuchado de sus tías o de alguna otra persona sobre el mencionado rapto, por
eso escribió y lo incluyó a su manera en la Suave Patria, que escribirá poco
antes de morir en 1921, con motivo de celebrar el Centenario de la
Independencia de México.
Mi tío el historiador don Eugenio del Hoyo
escribió el libro “Glosas a la Suave Patria”, y se lo publicó en 1988 el Padre y
Monseñor don José de Jesús López de Lara, Director del Instituto Superior de
Cultura Religiosa de Zacatecas. (Pueden verlo en el apéndice fotográfico).
Familiares de la novia.
Don Ignacio Dávila Escobedo, nació en
Villanueva, Zac., anteriormente “Villa Gutierre del Águila”, después del año de
1760, que es cuando se casaron sus padres en ese lugar, ellos eran; don Tadeo
Patricio Dávila y Muños y doña Francisca de Escobedo y del Muro, el nombre de
Tadeo, es porque el Santo Patrono de Villa Gutierre del Águila es San Judas
Tadeo, ella es hija de don Bartolomé de Escobedo, descendiente de los dueños de
la hacienda de la Troje, Tepetongo, Zac., y del fundador de Monte Escobedo,
Zac., y doña Polonia Gertrudis del Muro, que sus antepasados eran del Monte
Grande, por San José de la Isla, Zac., nieta de un capitán llamado don
Cristóbal del Muro.
Don Ignacio por parte de su padre don Tadeo
Dávila y Muños, eran de las principales familias fundadoras de la Villa Gutierre
del Águila, fundada en el año de 1692, y se le puso este nombre porque el
Presidente de la Real Audiencia de Guadalajara era don Alonso de Cevallos
Villagutierre, y el Alcalde Mayor de Juchipila, era don Pedro Salazar y Águila,
y entre las familias que encabezó don Leonardo de Villaoslada, y que recibieron
solar y fueron las fundadoras de Villagutierre del Águila, aparece una familia
de apellido Muños. Se le puso después como Villanueva, por ser la última villa
fundada en Zacatecas en periodo Virreinal, las otras villas eran: Jerez de la
Frontera, Villa de la Asunción de las Aguas Calientes y la Villa de Santa Elena
del Rio Grande, hoy Rio Grande, Zac.
Su padre don Tadeo Patricio Dávila y
Muños, nació en Villanueva, Zac., en el año de 1742 y se casó en Villanueva en
el año de 1760, el 9 de marzo, con doña Francisca Xaviera (Javiera) de Escobedo
hija de don Bartolomé de Escobedo y Polonia Gertrudis del Muro. Don Bartolomé
de Escobedo era hijo de otro don
Bartolomé de Escobedo, casado con doña
Bernarda Vela, hija de Tomas Vela y Bernarda Bañuelos.
Don Bartolomé Escobedo Vela, era hijo de
don Francisco de Escobedo, dueño de la antigua hacienda de la Troje, Tepetongo,
Zac., y de doña María Rosales, él, hijo del Capitán don Francisco de Escobedo,
fundador de Monte de Escobedo, Zac., y de María Covarrubias. Don Francisco de
Escobedo (el fundador), nació en la ciudad de Zacatecas, hijo de don Hernando
de Escobedo, nació en 1546 en la villa de Torrijos en España y en 1577 era vecino
de las Ricas Minas de los Zacatecas, y en 1597 lo encontramos como minero en el
Mineral y Cerro de San Pedro, S. L. P., y fue al igual que su hijo don
Francisco de las principales familias fundadores de San Luis Potosí. Y de Mari Díaz, también de Torrijos y los
encontramos como cofrades en 1573 en Zacatecas, de la cofradía del Santísimo
Sacramento, hija de don Alfonso de Illescas y de Bernardina Díaz. Fueron benefactoras de la Parroquia de San
Luis Potosí, y antes el 6 de abril de
1593 recibieron un solar al hacerse la traza de San Luis Potosí. Fueron dueños
de las haciendas de San Andrés del Astillero, hoy Monte Escobedo, Zac., Santa
Teresa, Huejuquillita, etc.
Doña María de Covarrubias, era hija de don
Francisco Covarrubias y de María Bermúdez.
Él, hijo de don Gaspar de
Covarrubias y de doña Margarita Quijada. Y doña María Bermúdez, es hija de don
Juan Guerra y de doña María de Colio. Ella es hija de don Diego de Colio
Berbén, alcalde de San Martin, Sombrerete, y doña Catalina de la Torre. Diego
de Colio era hijo de don Pedro Díaz del Palmar y de doña Juana Fernández de
Cangas.
Y doña Catalina de la Torre, es hija del
Licenciado don Diego Pérez de la Torre, Gobernador de la Nueva Galicia, y de
doña María Álvarez.
Don Ignacio Dávila se casó en Jerez,
Zac, en el año de 1794 con doña Josefa Peredo y Escobedo, hija de don Andrés
Peredo y Terán, que era natural de los Reinos de Castilla, en la Villa del
Cabezón de la Sal, en Santander, España. Hijo de don Andrés Peredo y doña María
Terán, y doña María Timotea Escobedo y Valenzuela, de la hacienda de Santa Fe,
hija de don Francisco Escobedo y doña Juana Valenzuela y Bañuelos. Don
Francisco de Escobedo, es hijo de los dichos Francisco de Escobedo y María
Rosales. Ella era viuda de don Isidro Abundio de la Torre y Salcedo, hermano
del famoso don Pantaleón de la Torre y Salcedo, que organizó una corrida de
toros allá por el año de 1776 en Jerez, hijos de don Isidro de la Torre y de
Casilda Salcedo, y nietos de don Jacinto de la Torre y doña Catalina de Llanos
y Valdés, familiar muy cercano al Obispo de Linares (Monterrey, N.L.) don
Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés, originario también de Jerez, Zac. Don
Isidro Abundio se casó con doña Isabel Peredo en 1780, en Jerez, su hijo don
Manuel Dávila y Peredo se casó con doña Catalina Valdés, y fue hijo de este
matrimonio don José María Gregorio Dávila Valdés.
El
historiador Arcediano don Felipe Santana escribió en la revista de Jerez, “Jerez corona a su Reina” Revista
conmemorativa. 12 de Enero de 1961”, el articulo “Curas de Jerez” desde 1648 hasta 1866,
y al hablar del Bachiller Juan de Dios de la Torre dice: “Don Isidro
Abundio de la Torre dejo al morir a su alma por heredera de todos sus bienes
para que sus albaceas los distribuyeran como les pareciere conveniente. A su
vez, Don Pantaleón de la Torre, que ha de haber sido el principal de ellos, en
su testamento que como apoderados suyos otorgaron el Bachiller Don Juan de Dios
de la Torre y Don Ignacio Miranda, (esto no era raro en aquellos tiempos)
declaró que dichos bienes habían aun en su poder 28,757.00 veintiocho mil
setecientos cincuenta y siete pesos, seis reales y siete octavos. Manda que se
finquen $6,000.00 para sostener con los trescientos de rédito anual un Maestro
de escuela, y otros tantos para un Preceptor de Latinidad e igual cantidad para
un confesor que durante la Cuaresma y la
Pascua hasta el Jueves de Corpus asista al confesionario todos los días de 8 a
nueve de la mañana y de tres treinta a cinco treinta de la tarde. Acerca de
cada una de estas fundaciones da órdenes minuciosas, de las cuales me ocupare
en alguna otra ocasión si Dios me presta la vida y la salud y hay para ello alguna oportunidad.
Aunque no legalizadas, diré, estas fundaciones, ya en ese tiempo era Preceptor
de Latinidad el Padre don Juan de Dios de la Torre y Confesor de Cuaresma el
Padre Don Juan Antonio Correa.
De sus bienes propios deja a su
hermana Doña Inés los réditos de $4,000.00, y estos, al morir ella se habían de
invertir en el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe que se estaba edificando
en la Villa”.
La escuela estuvo en la calle de la
Parroquia un poco más hacia el norte del Templo Parroquial, ya desaparecida, y
no fue en el Instituto Jerezano de Cultura, como dijo don Juan N. Carlos,
(edificio de la Torre), porque este edificio se construyó en 1895 por Dámaso
Muñetón, derribando un edifico antiguo que mando construir don Francisco García
Salinas para una escuela Lancasteriana, hacia 1832. La cátedra de Latinidad que fundó don Isidro
Abundio de la Torre es el antecedente de lo que fue la Casa de Estudios de
Jerez que fundó don Francisco García Salinas en 1832, que es el inicio de la
Universidad Autónoma de Zacatecas, ya que don Francisco García Salinas tomó la
cátedra de latinidad a la que unió otras cuatro cátedras para dar inicio a la
Casa de Estudios.
Don Isidro Abundio de la Torre falleció
hacia el año de 1793, y su viuda declaró al casarse de nuevo en 1794 “que era
viuda de don Isidro Abundio hace poco más de un año”. Doña Josefa Peredo
contrajo segundas nupcias con el papá de mi tatarabuela, don Ignacio Dávila
Escobedo, el 30 de septiembre de dicho año de 1794 en Jerez, el matrimonio
siguió viviendo en la casa de don Isidro Abundio de la Torre, que es en la
plazuela de Tacuba, antiguamente de la Parroquia, hacia el norte, donde hoy es casa
de la familia Borrego, y durante su matrimonio tuvo un párvulo que murió, y le
sobrevivió otro hijo, don Manuel Dávila Peredo que casó con doña Catalina de
Valdés, hija de don Crisanto Valdez y doña Isabel del Rio y Losa. Don Pantaleón
de la Torre vivía al frente de esta casa, por donde está la casa comercial de
don Mario Valdés y a su espalda estaba la escuela de primeras letras. Don
Pantaleón de la Torre falleció el 28 de febrero de 1799 y estaba casado desde
1769 con doña Isabel Peredo, hermana de doña Josefa.
Doña Josefa Peredo falleció el 30 de
agosto de 1825 a la edad de 75 años, murió de vejes dejando algunas obras
piadosas de misas y limosna a los pobres.
Viudo don Ignacio Dávila Escobedo, contrajo
segundas nupcias en 1826 con doña Madama Petra Félix de Arellano, su
información matrimonial es como sigue: “El
Ciudadano Ignacio Dávila vecino de esta villa viudo en primeras nupcias de doña
Josefa Peredo cuyo cadáver se sepultó en este campo santo el día 30 de agosto
del año próximo pasado, ante V. como mejor parezca, digo: que deseoso de la
tranquilidad de mi espíritu y bien de mi alma pacté matrimonio con Madama María
Petra Félix de estado doncella de 17 años de edad originaria de esta Villa y
vecina de Saín Alto y vuelta a su origen un año, 8 meses ha, e hija legitima de
los C. C. Antonio Félix y María Juliana Díaz”, y continuando más adelante
dice: “tanto yo como mi pretensa somos de
las mejores familias de este lugar obteniendo yo los honoríficos de esta villa
y por parte de mi pretensa muchos de sus deudos se han visto en el mismo
predicamento y a mayor abundamiento. Su padre era soldado del Cuerpo de
Frontera, hijo de los finados don Tadeo Patricio Dávila y doña María Francisco
de Escobedo. Jerez mayo 16 de 1826, firmas- Ignacio Dávila y Antonio Félix.”
Sigue:
“Y por otra parte el trastorno y menoscabo que con motivo a mi
viudedad, está padeciendo mí casa pues en el día está al árbitro de las
criadas, por carecer yo de persona inmediata que la dirija. Con esta aplicación
reitero la súplica de que el Sr. Gobernador por un rango de su generosidad,
etc.” y además dice: “Es positivo que su padre de mi pretensa tubo residencia considerable en
el pueblo de Saín Alto; pues con el motivo de que en los años diez y once era
soldado del cuerpo de Frontera y por sumas persecuciones que en aquel tiempo
padecían los sujetos de esta clase; se
trasportó con su familia a el referido pueblo de Saín Alto; y como este ser de
la Diócesis de Durango hay esta dificultad, etc.”
Y
sobre este documento existe una placa de cantera en la parte superior de su
casa que dice así:
“Xerez,
Febrero 8 de 1818.
Suplico
a los sirvientes no corren entre suelos y techos pues ya ven que en lugar de
tabletas esta Ad° (borrado), y que con los golpes se abrirá por tiem(borrado).
El dueño de la casa lo agradecerá en algún modo lo compensara.”
Don Antonio Félix de Arellano y Vázquez
del Mercado era descendiente del descubridor del cerro que lleva su nombre en
la ciudad de Durango, don Ginés Vázquez del Mercado, él estuvo en el presidio
militar de Saín Alto, donde aún quedan vestigios de ese fuerte militar, en el
Camino Real de Tierra Adentro. Él era descendiente de los dueños de la antigua
hacienda del Tesorero.
Don Ignacio Dávila en el tiempo en que
estuvo casado con doña Josefa Peredo, fue Alcalde de Jerez, y como desde hace
algunos años hacia 1818 o 19 se dedicó el Santuario de Nuestra Señora de la
Soledad, y al año siguiente que fue el cinco de febrero se celebró el
aniversario de la dedicación del Santuario, se celebró con un triduo, y en 1824
se estableció la Feria de Jerez, y
estando don Ignacio Dávila como Alcalde inició la dicha Feria.
Don Manuel
González Ramírez, Cronista del Estado, publico un artículo en la revista
jerezana “La Feria”, que publica cada año el Lic. Y Prof. Gerardo del Campo
Solís, y nos dice que por un decreto de Congreso Constituyente del mes de
diciembre de 1824, se declara a Jerez cabecera del Partido de su nombre y
también se erige en Municipalidad. También nos dice que en este mismo año el
Ayuntamiento de la Villa de Jerez presidido por D. Ignacio Dávila Escobedo pide
licencia al Congreso para realizar la feria anualmente del 23 de enero a 3 de
febrero.
En enero de 1825 en un documento que se
encuentra en el archivo Parroquial, al margen dice: “Para que la función de Iglesia en los tres días señalados se trasfiera
para los que siguen a los de la feria y diversiones publicas incompatibles con
aquel piadoso fin. El Señor Vicario Capitular así lo decretó y firmó. Y que en
estos tres días de las funciones haiga Feria y Corridas de Toros”.
Lo más importante del documento dice así: “el 10 de corriente fui citado por parte del
Ayuntamiento para que se antepusiera o pospusiera el Jubileo, y por lo que
conteste que no estaba en mi alcance. Entendido que aun para los tres días que
están concedidos me era de precisa obligación consultar a Vuestra Señoría lo
que verifico. Suplicándole me diga para quedar yo a cubierto ante Dios, y ante
los hombres si se antepone el público a la corrida de toros o se pospone, o si aun
a pesar de estos objetos se verifica el Jubileo en los tres días, que al efecto
están destinados que son el cuatro, cinco y seis del inmediato Febrero pues en
materia tan delicadas no puedo menos
que sujetarme a la sabia disposición de V. S. y a lo que sobre materia tenga a
bien decretar. Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años. Jerez Enero 14 de
1825. Juan Manuel Sánchez.”
Así pues, con esto se iniciaba la Feria de
Jerez en los años de 1824 y 25. Tanto en lo profano como en lo religioso, todo en
torno a la festividad de la dedicación del Santuario de Nuestra Señora de la
Soledad. Debo decirles que es más
antigua que la feria de San Marcos en Aguascalientes, porque la feria de
Aguascalientes data del año de 1828. Cuatro años después que la de Jerez, Zac.
Volviendo a don Ignacio Dávila Escobedo que
en su matrimonio con doña Petra Félix de Arellano tuvo unos siete hijos:
En
el año de 1827 nació María Josefa Anastasia de Jesús Dávila Félix, que se casó
con don José María Doroteo Escobedo Dena, hijo de don José María Escobedo y
doña Feliciana Dena. Sus hijos; María Antonia Escobedo Dávila que nació en
1846. Don José María Máximo Escobedo Dávila que nació en 1845.
El
año de 1828, el primero de mayo nació María Felipa de Jesús Dávila Félix.
Año
de 1832 nació José Ignacio Brígido Dávila Félix que se casó con doña Julia
Ordorica Ceballos, hija de Ignacio Ordorica y Francisca Ceballos. Sus siete
hijos son; Ignacio Dávila Ordorica, nació en 1870 y se casó con Elodia
Rodríguez Martínez; Soledad Dávila Ordorica que nació en 1861 y se casó en San
Luis Potosí el 2 de diciembre de 1888 con Adalberto María Vázquez Castillo, que
nació en 1856 y murió en 1923, abuelo
del poeta don Luis Noyola Vázquez, el autor de Fuentes de Fuensanta; María
Amada Dávila Ordorica casada con don Federico Staines Escontria; Ester Dávila
Ordorica casada en 26 de noviembre de 1892 en San Luis Potosí con Emigdio
Cabrera Ortahegui; José Juan Dávila Ordorica nació en 1859; Amparo Dávila
Ordorica nació en 1875 y el 19 de junio de 1901 se casó con don Francisco de
Paula Cabrera Arias, hermano de la beata Concepción Cabrera de Armida; y don
José María Dávila Ordorica, que nació en Jerez en 1858, y casó con Gertrudis
Goldbaum que nació en 1865 en San Francisco, California, U.S.A., y sus hijos
fueron; José María, José Ignacio; José Luis casado en Saltillo en 1914 con
María Brando Peña; y Julio Dávila Goldbaum que nació en 1893 y se casó con
Guadalupe Páez Linares, su nieto el Dr. Julio Cesar Dávila Rodríguez, nació en
Santa Fe de Nuevo México. (Historiador que también vino a Zacatecas a impartir
una conferencia sobre Nuevo México).
Por
el año de 1833 nació María del Carmen Coronado Dávila Félix.
En
1836 nació José María Viviano Dávila Félix
Y
también sin saber la fecha de su nacimiento,
nació mi tatarabuela doña María
del Refugio Dávila Félix, que se casó con don José Gabriel de la Campa, y
como era de ideas liberales y viudo, la familia no aceptó la unión y según mi
abuela doña Carmen Cabrera de la Campa, fue mi tatarabuela doña Refugio Dávila,
desheredada.
Don Ignacio Dávila tenía un hermano que
también nació en Villanueva, Zac., en 1775
y se avecindó en Jerez en 1799, él era don José Tadeo Lucas Dávila
Escobedo, que casó en Jerez en 1804 con doña María Teresa de Llanos y Valdez,
hija de don Esteban Valdez y doña María de Jesús Escobedo, sus hijos eran:
El
Licenciado don José María Dávila y Valdés, casado con doña Estefana Navarro,
hija de don Gregorio Navarro y Josefa Ortega, su hija Teresa Guadalupe Dávila,
nació en Guadalupe, Zac., en 1869; Francisco Teodoro Dávila Valdez, se casó con
doña Tomasa de Nafarrate; María Simona de la Encarnación Dávila Valdez, que
nació en la hacienda de Víboras, en 1812; don Jacinto Dávila Valdez caso en 1847 con
Librada del Muro, viuda de don Jesús Nafarrate; don Ignacio Dávila y Valdés que
se casó con Severa Lizaola, y fueron padres de doña Petra de Jesús Francisca
Dávila Lizaola, nació en 1834 y se casó con don Rafael Páez, hijo de don Martin
Páez y doña Dolores Salcedo, el Jardín Principal de Jerez lleva ahora el nombre
de "Jardín Rafael Páez", por él; doña Loreto Dávila y Valdez nació en 1854 y se
casado con don José María Cabral, hijo de Juan José Cabral y Sixta Acuña, y fue
su hijo don Francisco Rosendo Cabral Dávila y Manuel Dávila Lizaola.
Don
Ignacio Dávila Valdez en 1850 manifestó:
“Dijo
que es dueño en posesión y propiedad de la hacienda de Santo Tomas de
Buenavista hoy conocida con el nombre De Los Pérez, al norte de la ciudad de
Jerez, a 4 leguas de distancia y compuesta de más de 21 caballerías de tierra,
linda por el oriente con tierras de la hacienda de Lo de Nava, por el sur con el
rancho del Durazno, Santa Rita, y Manueles; por el poniente con tierras de Los
Haros y Juárez, por el norte con el Tesorero, que dicha hacienda de Buenavista
la hubo por compra que de ella hizo en 7 de mayo de 1839 ante escribano José
Loreto Guerrero, en la ciudad de Jerez.
Tenía también otro hermano que se quedó en
Villanueva don Dámaso Dávila que era Capitán y Comandante de Frontera en ese
lugar, en 1820.
Y
un hermano más, don José Felipe de Jesús Dávila Escobedo que se casó con María
Ignacia Delgado, hija de Cristóbal Delgado e Inés del Rio.
Don Ignacio Dávila Escobedo, el que inicio
la Feria de Jerez, en el año de 1824, en el año de 1835 era accionista de la Negociación de Proaño en el Fresnillo,
de ahí su fortuna, aparte del dinero por matrimonio de su primera esposa, lo
cita don Elías Amador en su Bosquejo Histórico de Zacatecas, tomo II, pág. 425,
y dice: “Así es que desde luego
dirigieron una razonada exposición al Jefe Superior del Estado, la que a la vez
era una enérgica y fundada protesta contra el vendedor del metal referido, pues
esa venta fue a todas luces ilegal y solo tenía por objeto favorecer a un
pequeño grupo de usureros y especuladores de mala fe. Las reclamaciones de los
quejosos representaban la suma de $631,786 distribuidos así: D. Vicente Flores,
Director de la Casa de Moneda $458,786. Don Antonio García Salinas $25,000. Don
Vicente Dozal $4,000. D. Ignacio Dávila
$12,000. D. Joaquín Llaguno $35,000. La compañía Unida de Minas $7,000. Y
la Contaduría de Diezmos $90,000.
Desgraciadamente las justas gestiones
de esos acreedores no prosperaron, y el Gral. Santa Ana siguió disponiendo a su
arbitrio de los metales de Proaño, pues aparte de la primera venta hizo otra de
26,000 cargas a Castrejón, y en ella perdió el Estado $180,000. Después de esta
todavía fueron vendidas a D. Francisco Agüero 20,000 cargas, en cuyas
operaciones se dijo que el Ministro Tornel había ganado $90,000.
Con razón uno de los Generales de
Santa Ana dijo entonces en Zacatecas en presencia de varias personas: <era ya
necesario venir a esta ciudad, pues sin esta y sin el Fresnillo ya no teníamos
en México ni para comer>.” (Ver la publicación en el apéndice
fotográfico).
Familiares del novio.
En la provincia de Santander, al norte de
España, en las Montañas de Burgos, en Cantabria, existe un lugar llamado Cos.
Desde el siglo XVI, o antes, ya vivían en este lugar la familia Cos, que le
dieron el nombre al lugar. Descendientes de familias ilustres e hijodalgos,
entre ellos varios reyes de España e Inglaterra, también del Cid Campeador don
Rodrigo Díaz de Vivar. Algunas personas de esta ilustre familia en el siglo
XVI, ya vivían en Cos, Valle del Cabezón de la Sal, entre ellas, don Sancho
Vélez de Cos y Estrada, casado con doña María de Barreda Cos y Bracho. Este
matrimonio tuvo ocho hijos, entre ellos a Doña Ana Sánchez de Cos y Barreda,
que nació en Cos, y testó en 1660.
Daña Ana Sánchez de Cos, se casó con don
Sebastián de la Campa, nació también en Cos y fue Regidor en 1644.
Este matrimonio tubo
los siguientes hijos:
1.- Don Domingo de la
Campa y Cos, nació en Cos en el 7 de diciembre de 1621, y falleció en Cos el 15
de septiembre de 1683. Se casó al parecer tres veces: en primera nupcias debió
de ser con doña Catalina del Valle, de cuyo matrimonio procreó a: Doña María de
la Campa, casada en 1683 con Domingo Gómez. Y a mí antepasado don Dionicio de
la Campa, que falleció en Mazcuerraz, a unos cinco kilómetros de Cos, en 1679,
y estaba casado con doña Catalina de la Fuente. (Más adelante hablaré de mi antepasado).
En segundas nupcias, con doña Dominga
Fernández de la Vega, que al parecer tuvo por hijos a: don Juan Bautista. Don
Manuel. Doña Ana de la Campa y Cos, casada con don Juan Antonio de Mier y
Campa. Don Bartolomé de la Campa y Cos,
casada con doña Magdalena Vélez, y sus hijos don Antonio y Bartolomé, pasaron a
vivir a Zacatecas, y en Tepetongo, Zac., eran dueños de la hacienda de Santiago
del Cuidado. Un hijo de don Antonio, llamado también Antonio, fue bachiller y
sacerdote, capellán de la hacienda del Cuidado y fundador en Guadalajara de una
biblioteca, probablemente la del Seminario de Guadalajara. Y el Teniente de
Capitán General don Antonio de la Campa y Cos, casado en la Nueva Galicia con
doña Juana Rosa Maldonado Zapata y Santibáñez, de una ilustre familia dueños de
haciendas, entre otras haciendas de la de Gallinas, y el dicho General también
dueño de varias haciendas en Zacatecas y Durango, con residencia en Sombrerete,
Zac.
Y en tercera nupcias
don Domingo se casó en 1675 con doña Juan Juliana de Cos, con la que procreo a
don Femando de la Campa Cos y Cos, primer Conde de San Mateo de Valparaíso. Sus
abuelos maternos eran: Don Pedro de Cos, que nació en Carrejo en 1628, y doña
Francisca Sánchez de la Garzada. Sus bisabuelos: don Pedro Sánchez de Cos,
alcalde de la Santa Hermandad y doña Catalina de Mier. Sus otros bisabuelos:
don Juan Sánchez de la Garzada, también alcalde de la Santa Hermandad, y doña
Francisca Sánchez de la Madrid y Ceballos.
2.- El General don
Juan Pedro de la Campa y Cos, Gobernador y Capitán General de Coahuila.
3.- Don Juan de la
Campa y Cos, casado con doña Ana de Barreda y de la Fuente, padres del Lic. don
Francisco de la Campa y Cos, casado con doña María Gutiérrez de Cabiedes. Con
numerosa descendencia.
4.- Y doña María de la
Campa y Cos.
Don Fernando de la
Campa y Cos, nació en Cos, Valle del Cabezón de la Sal, en las Montañas de
Burgos, Santander España.
Su acta de bautismo
dice:
“En seis de
julio de dicho año (1676), yo el dicho Cura bautice a Fernando Antonio hijo
legítimo de Domingo de la Campa Cos y de doña Juliana de Cos, fueron sus
padrinos Antonio de Cos estudiante natural de Carrejo y Ana Díaz de la Campa,
dijeron había nacido dicho bautizado en seis de junio, advertirles el
parentesco espiritual que fueron testigos Bernardo de la Campa y Antonio
Fernández, estudiantes. Firmó el Sr. Bachiller Pedro Gutiérrez Gayón”. Archivo parroquial de Santiago de Cos.
Don Fernando, quizá el benjamín de su
casa, tenía 7 años cuando falleció su padre don Domingo, en 1683, y quedó al
cuidado de su madre. Unos diez años después debió de hacer sus pruebas
militares, con la pretensión de ingresar a alguna orden de caballería, antes de
partir a la aventura a Indias Occidentales.
Su tío el General don Pedro de la Campa y
Cos, había emigrado de Cos a Zacatecas, por el año de 1650, que en 1675 será
minero en Mazapil, ya que lo encontramos como minero en el mineral de Concepción,
ahora Concepción del Oro, Zac., era vecino y minero del Real de Sombrerete, en
1676, cuando estaba naciendo en Cos, su hermano don Fernando.
Su hermano el General don Antonio de la
Campa y Cos, pasaría a la Nueva España hacia 1670, y pocos años después sería
nombrado teniente de Capitán General, se avecindo en Sombrerete, Zac., al igual
que su tío don Pedro, el General y Gobernador de Coahuila. Fue dueño de las
haciendas de Santa Catalina, San Sebastián, y algunas otras.
Don Fernando a la edad de 22 años ya se
encontraba en la Nueva España en 1698 – 18 de enero, en la que el teniente de
Alcalde Mayor del Valle de la Poana Capitán Don Pedro Bermúdez otorga poder
cumplido en derecho bastante al Capitán Don Fernando de la Campa y Cos, generalmente
para todos sus pleitos, concedido en esta dicha fecha en la Villa de Nombre de
Dios.
1698 – En este año ya se encontraba en Zacatecas, y en Mazapil compró 75
sitios de ganado mayor y 96 caballerías de tierra al Maestre de Campo Don
Francisco Guerrero Ardilla, ante escribano Real y Publico de Querétaro. 50 de
estos sitios los compró Don Fernando por cuenta y con fondos de su hermano el
General Don Antonio de la Campa y Cos.
Volviendo a mis antepasados
don Dionicio de la Campa y doña Catalina de la Fuente.
Don Dionicio de la Campa Cos, falleció el 15
de diciembre de 1679 en Mazcuerras, Valle del Cabezón de la Sal, a unos cinco
kilómetros de Cos, y doña Catalina de la
Fuente, que nació en 1661 y falleció en 1731, hija de don Domingo de la
Fuente y doña Magdalena de la Fuente.
Don Dionisio de la Campa Cos y doña
Catalina de la Fuente fueron padres de; don Domingo de la Campa, nacido en
1677, doña María de la Campa nacida en 1679 y don Dionisio de la Campa, mi
antepasado, casado doña Juan de Rivero y fueron padres de don Juan Anselmo de
la Campa, que nació en Mazcuerraz el 25 de abril de 1717 y se casó con doña
Rosa Vélez de la Campa, nacida en Mazcuerraz
el 13 de junio de 1717.
Doña Rosa Vélez de la Campa era hija de don
Felipe Vélez de la Campa, hijo de don Pedro Vélez de la Campa y doña Magdalena
Fernández de Castañeda, fallecida en 1766, e hija de don Domingo Fernández de
Castañeda Alférez Real de los 9 valles de Cos.
Don Felipe Vélez de la Campa tenía tres
hermanos: don Juan y doña Antonia Vélez de la Campa, que se quedaron en
Mazcuerraz y don Agustín Vélez del a Campa, que se avecindo en Zacatecas y se
casó con doña Juan Manuela Díaz de la Campa, hija del Teniente de General don
Juan Alonso Díaz de la Campa, Caballero de la Orden de Alcántara y dueño de la
hacienda de campo de Santa Rosa de Malpaso, cerca de Zacatecas y dos haciendas
de beneficio en la ciudad de Zacatecas.
Don Agustín Vélez de la Campa y doña Juana
Manuela Díaz de la Campa fueron padres de: el Licenciado don Miguel Vélez de la
Campa, nacido en Villanueva, Zac., casado con doña Isabel de Zúñiga y Fajardo y
fueron padres del Licenciado don José Ignacio Vélez de la Campa que nació en
1768 en Villanueva, Zac., y estudio en la ciudad de México, muerto en el
periodo de Insurrección por manos de los insurrectos, cuando el Virrey lo comisionó
a combatir la insurrección. Y don Pedro
Vélez de la Campa, casado con la hermana de doña Isabel de Zúñiga y
Fajardo, y sus tres o cuatro hijos pasaron a estudiar a Guadalajara, capital de
la Nueva Galicia, y uno de ellos era el Dr. y Maestro don Pedro Vélez Zúñiga,
nacido también en Villanueva, Zac., y que por unos meses fue Presidente de la
República Mexicana.
Los hermanos de doña Rosa Vélez de la Campa,
mi antepasada eran: don Francisco Antonio Vélez dela Campa, nacido en 22 de
agosto de 1762 en Mazcuerraz, don Felipe Vélez de la Campa, también de
Mazcuerraz, María Vélez y don Juan Antonio Vélez de la Campa, que nació en
Mazcuerraz y se avecindo en Jerez, Zacatecas, y dejo suscepción.
Mis antepasados don Juan Anselmo de la
Campa y doña Rosa Vélez dela Campa, fueron padres de don Juan Antonio de la
Campa y Vélez de la Campa, que nació en Mazcuerraz en junio de 1754 y se
avecindo en Jerez, Zacatecas, donde fue alcalde Ordinario de esa Villa de Jerez
de la Frontera de la Nueva Galicia, y mayordomo de la Cofradía de Nuestra
Señora de la Soledad, que como Mayordomo construyó el Santuario de la Soledad,
de 1805 a 1817 o 18 en que murió.
Don Juan Antonio de la Campa y Vélez de
la Campa, se casó en Jerez en 1787 con doña Rafaela Salinas de la Torre, ella
murió en 1810. Tuvo por hijo entre otros a don Juan Antonio de la Campa
Salinas, nacido en Jerez, y casado con doña María Antonia Teófila Llamas
Acevedo, y fueron padres de mi tatarabuelo don José Gabriel de la Campa Llamas,
también nacido en Jerez, Zac., y casado con doña Refugio Dávila Escobedo y
Félix (los que se fugaron de Jerez).
Así don Dionicio de la Campa Cos y del
Valle, era medio hermano del Conde de San Mateo de Valparaíso don Fernando de
la Campa y Cos, su hija doña Ana María de la Campa Cos y Ceballos Villegas
segunda condesa de San Mateo, era prima hermana de don Dionicio de la Campa y
de la Fuente, la hija de doña Ana María de la Campa, llamada doña María Ana de
Berrio y de la Campa, marquesa del Jaral de Berrio, era prima en segundo grado
de don Juan Anselmo de la Campa y Ribero y don Juan Antonio de la Campa y Vélez
de la Campa, era primo en tercer grado de don Juan Nepomuceno Berrio y de la
Campa, ultimo conde de San Mateo de Valparaíso, marques del Jaral de Berrio y
marqués de Villafont. Don Juan Antonio
de la Campa y Salinas, papá del novio de esta historia, es primo en cuarto
grado de la famosa familia de los Moncada y Berrio y de la Campa y también era
primo de los García Salinas, dueños de varia haciendas.
Los
hermanos don Anselmo y don Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa
fueron;
Don Anselmo de la Campa y Vélez de la Campa
nació en Mascuerraz Valle del Cabezón de la Sal, se avecindo en Jerez, Zac., y se casó con doña Fermina Román que
murió en Jerez el 22 de noviembre de 1820, él fue Mayordomo de Cofradía y
Alcalde de Jerez en 1798, sus hijos;
José
Valeriano de la Campa Román, nació en Jerez el 7 de abril de 1808.
José
María Anselmo Tiburcio de la Campa Román, nació en Jerez en septiembre de 1810,
y se casó con doña Refugio Salcedo, hija de don Esteban Salcedo y doña Isabel
Ramos. Su hija Fabiana Jovita de la Campa Salcedo nació en 1845.
Juliana
de la Campa Román, se casó con Rosario Flores, y su hija Josefa Flores Campa
nació en Jerez en 1845.
Y
José Inocencio de la Campa Román, que murió en 1861.
Don
Juan Antonio de la Campa y Vélez de la Campa, en 1785 lo encontramos en Jerez
como cofrade de Nuestro Amo, murió en Jerez en 1817. Se casó con doña Rafaela
Salinas de la Torre. Murió el 4 de enero de 1812. Sus hijos;
Doña
Teresa de la Campa Salinas, se casó con don Manuel Martínez de Velasco, hijo de
don Pablo Martínez de Velasco y doña Josefa Ortiz de Velasco. Originario del
lugar de Viergol en el Valle de Mena, Obispado de Santander. Se casaron en
1802.
El
Lic. Don José María de la Campa Salinas, nació en Jerez, y se casó con doña
María del Refugio Raigosa, hija de don Francisco Raigosa y doña Juana de Luna.
Sus hijos; María del Refugio de la Campa
Rigosa, nació en Jerez, en 1814; María Josefa de la Campa Raigosa, se casó con
don Apolonio García Rojas, y tuvieron dos hijos: María del refugio y José Guadalupe de la Campa Raigosa; Jose Maria
Epigmenio de los Dolores de la Campa Raigosa, caso con doña Josefa Román, y fue
su hija María del Sacramento Josefa de la Campa Román, que nació en 1860 en
Trancoso. El Lic. Don José María de la
Campa Salinas, fue Ministro de la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia
y electo Juez de Letras del Partido de Fresnillo, en 1831.
Y
don Juan Antonio de la Campa Salinas, que se casó en Jerez, con doña Antonia
Llamas, y sus hijos fueron;
Juana
María de la Campa Llamas, nació en Jerez en 1834; Teófila de la Campa Llamas,
caso con María de Jesús García, sus hijos: María Isabel Campa García nació en
1861, y Agustín Campa García, nació en
1866.
Jesús
de la Campa Llamas se casó en 1847 con
doña Luisa Llamas, hija de don José Dionicio Llamas y doña María Lina Escobedo.
Y
don José Gabriel de la Campa Llamas, el novio.
En el
archivo Parroquial de Jerez, Zac., se encuentra la fundación de una capellanía de
la siguiente manera:
“En el Campo
Santo de Xerez a 15 de diciembre de mil ochocientos veinte, yo el presbítero don
José Manuel Sánchez como teniente de Cura di sepultura Eclesiástica con entierro
mayor, misa, vigilia, cuatro pozas, fábrica de veinte pesos y acompañado de …
Señores Sacerdotes al cadáver de doña
Ignacia de la Campa, originaria y vecina de esta villa, hija legitima de don Juan
Antonio de la Campa y de doña Rafaela Salinas; hizo su disposición testamentaria
siendo sus albaceas don Manuel Velasco, Eugenio Inguanzo, por codicilo que hizo
últimamente para reforma de su testamento del que dejaba al difunto don Juan
Salinas, dejo a las mandas forzosas de limosna de un paso cada una por su alma
y la de sus padres repartidas entre las tres a voluntad de sus albaceas= Ítem. Dejo
mil pesos fincados con la obligación de que se digan doce misas cada año por su
alma y principio de una capellanía en el Santuario de Nuestra Señora de la
Soledad y suplica al que la acepte pensione al capellán las otras que le parezca;
deja trescientos pesos más para los gastos de esta finca a fin de ella quede
integra. Deja dos cintillos grandes, dos candeleros de plata grandes y unas
cortinas de Damasco a Nuestra Señora de la Soledad de esta Villa. Deja un
rosario engarzado de oro, etc.”
Son muchas
las capellanías que fundo la familia de la Campa durante el periodo Virreinal
en la Nueva Galicia. Es quizá la familia que más capellanías tiene en este
obispado de Guadalajara.
Los pretensos.
Los descendientes de don José Gabriel
de la Campa Llamas en su primer matrimonio.
Don José
Gabriel de la Campa Llamas, su
nombre completo es José María de la Piedad Rafael de Jesús de la Campa Llamas,
nació en Jerez el 17 de marzo de 1826.
Se casó en
primeras nupcias con doña Josefa Irolo el 13 de enero de 1847, en Jerez, Zac.
En la
hacienda de Trancoso nació su hijo don Antonio de la Campa y su acta dice así:
En la
hacienda de Trancoso a los seis días del mes de abril de 1849 yo Fray Guadalupe
Coronel con licencia del Sr. Cura bauticé
solemnemente y puse los santos oleos y sagrado crisma a Juan Antonio de
los Ángeles de cinco días de nacido en esta hacienda, hijo legítimo de José
Gabriel de la Campa y de doña Josefa Hirolo. Abuelos paternos Juan de la Campa
y Antonia Llamas, abuelos maternos José Hirolo y Viviana Valdez, padrinos
Antonio Berumen y madrina Antonia Valdés a quienes advertí su obligación y
parentesco espiritual. Fray Guadalupe
Coronel.
Don Juan Antonio de la Campa Hirolo o Irolo,
se casó con doña María de Jesús Vázquez, en Durango, Dgo., el primero de
octubre de 1881, y su hijo José Francisco Alfonso de Jesús de la Campa Vázquez,
se casó con una Sra. de apellido Pérez, él fue Oficial Mayor del Congreso del
Estado de Zacatecas y compuso varios acrósticos en 1947 que se colocaron en el
Mausoleo de los Hombres Ilustres en el Panteón de la Purísima de Zacatecas, y
sus hijos fueron; Don Francisco de la Campa Pérez, padre de mi prima Socorro de
la Campa. Carmen de la Campa Pérez, Juan Antonio de la Campa Pérez, Felipe de
la Campa Pérez, Luis de la Campa Pérez y Enrique de la Campa Pérez.
Otros hijo
de don José Gabriel de la Campa y Josefa Irolo son; Gabriel de la Campa Irolo;
Antonia de la Campa Irolo, se casó con un Sr. De apellido Ortega; Higinia de la
Campa Irolo, que nació en 13 de enero de 1855; Vivianita de la Campa Irolo, que
se casó de 14 años en Jerez en 1865 con don Francisco de Borja Sánchez, sus
hijos; María Dolores, Alberto José de Jesús y María Belem Sánchez Campa, don
Francisco de Borja era hijo de Don Jesús Sánchez y Teodora Fernández.
Don José
Gabriel tuvo un hijo natural con Arcadia Hurtado llamado Daniel de Jesús de la
Campa Urtado, que nació en 1877.
Un
documento:
En Jerez,
1889, Testamento de Vivianita de la Campa:
Francisco de
Borja Sánchez, mayor de edad y vecino de este lugar, como mejor proceda ante V.
La Señora mi esposa doña Bibiana Campa, falleció la mañana del día 20 del
corriente (diciembre) bajo testamento nuncupativo.
Testamento
1° de Junio de 1889. En su casa habitación, sita en el número 35 de la
Principal Plaza de esta ciudad, la señora doña Bibiana (o Viviana) Campa de 36 años de edad
originaria de… hija de los finados José y Josefa Irolo, casada con don
Francisco Sánchez, sus hijos que viven: María, Dolores, Alfredo, José Jesús y
María Belem Sánchez Campa.
Doña Dolores
con Presencia de su esposo don Lauro Suarez del Real.
Los descendientes de don José Gabriel
de la Campa Llamas en su segundo matrimonio.
Son tres los
hijos de este segundo matrimonio con doña Refugio Dávila; don Jesús de la Campa
Dávila, que nació en Jerez el 26 de diciembre de 1866; don José Cipriano de la
Campa Dávila; y doña Ángela de la Campa Dávila, que nació en Jerez en
1863.
José Cipriano de la Campa Dávila, se casó con Esperanza Paz y sus
hijos son; Adolfo de la Campa Paz; Alfonso de la Campa Paz, casó con Consuelo
N., sus hijos; Alfonso, sin sucesión, Consuelo se casó con Oscar Torres y tuvo
dos hijos: Oscar y Alfonso; Antonio de la Campa Paz, se casó con Aurora
Palacios, padres de don Genaro de la Campa Palacios, que casó con Eliza Paz, su
hija fue doña Elvira de la Campa Paz, casada con Francisco Lagos, padres de
Francisco , Gabriela, María, Eugenia y Mario Iván.
En otro
matrimonio don Genaro de la Campa con Josefa Jerez Cook, tuvo tres hijos;
Genaro de la Campa Jerez, vive en Guadalajara, casado con Gloria Martínez,
Areli de la Campa, se casó con Armando Morales, y Elsa de la Campa, se casó con
Antonio Martínez.
Ángela de la
Campa Paz, no dejo sucesión; José de la
Campa Paz, se casó con María Martínez, con tres hijos: Ema, Joaquín y María
José; y Benjamín de la Campa Paz, casado con Zoila Palomeque, con tres hijos:
Humberto, Consuelo y Aurora casada con Enrique Cruz.
En otro
matrimonio don José Cipriano de la Campa Dávila con Manuela Tovilla, tuvo a
doña Refugio de la Campa Tovilla, madre de mi primo (que me dio la información)
Alberto Torrescano de la Campa, su padre era don Alberto Torrescano Escalera. Y
mi primo nació en 1957 y se casó con María Elena Pérez Aguilar, que nació en
1960, y sus hijos son: Alberto que nació en 1995 y María Elena que nació en
1992.
Doña Ángela
de la Campa Dávila, nació en Jerez, su acta de bautismo dice así:
“Al margen:
Jerez, Ángela Rosenda de la Concepción.
En la
Iglesia parroquial de la ciudad de Jerez, a nueve de octubre de 1863, yo el
presbítero Ursino Sánchez por disposición del Sr. Cura bauticé solemnemente y
puse los santo soleos y crisma a Ángela Rosenda de la Concepción, nació el día
primero a las seis de la mañana, hija ilegítima de Don José Gabriel de la Campa
y doña Refugio Dávila Escobedo, abuelos paternos don Juan Antonio de la Campa y
doña Antonio Llamas, maternos don Ignacio Dávila Escobedo y doña Petra Félix, padrinos
don Juan Ruiz de la Campa y doña Viviana Campa, hermanos a quienes advertí su obligación.
Y para que conste lo firme con el Sr. Cura.
Juan N.
Dávila Ursino Sánchez.”
Doña Ángela de la Campa Dávila se casó en Jerez con
don José Sebastián Cabrera Acuña en el año de 1883, ella de 20 años de edad y
el de 31 años. Sus hijos sin numerarlos por fecha de nacimiento fueron;
Elena
Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1881.
La Madre
Guadalupe Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1883, y murió en México de 103
años de edad. Religiosa de la Compañía de María.
El Padre don
Jesús Cabrera de la Campa, nació en Jerez, fue ordenado sacerdote a los 33
años, fue capellán del Santuario de la Soledad de Jerez y en 1917 falleció de
epidemia de Tifo en Zacatecas.
Joaquín
Cabrera de la Campa murió en 1930 en Retaluleo, Guatemala.
Teresa
Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1900.
José Sixto
Cabrera de la Campa, falleció en 1981 en México.
Agustín
Cabrera de la Campa.
Soledad
Cabrera de la Campa.
La Madre
Ángela Cabrera de la Campa, Superiora general en Fresno, Cal. (me platicaba mi
abuela que su hermana sabía hablar como siete idiomas, era muy culta).
Religiosa de la Compañía de María.
María
(Marico) Cabrera de la Campa, nació en Jerez en 1904.
Luz María
(Lucha) Cabrera de la Campa, nació en Jerez el 8 de febrero de 1908, se casó el
12 de julio de 1943 con don Francisco López Manjarrez, falleció el 21 de abril
de 1976 en México D. F.
Y mi abuela
doña Carmen Cabrera de la Campa, nació en Jerez el 13 de diciembre de 1892, y
murió en Aguascalientes, Ags., por el año de 1980. No recuerdo la fecha.
Se casó en
Jerez en 1912 con el Lic. Don José Gumersindo del Hoyo Raigosa.
Doña Ángela
de la Campa fue dueña de la Hacienda de Arroyo Seco de Arriba que vendió en
1923, y de la casa del Banco en Jerez, (Giro comercial), que donó al Obispo de
Zacatecas don Miguel de la Mora, bienes heredados de su esposo don José
Sebastián Cabrera Acuña. (Luego hablaré de la Casa del Banco).
Encontramos
una escritura del tenor siguiente:
En 1923,
ante notario don Luis D. Hernández, en Zacatecas.
“Viernes 12
de enero de 1923.- La señora Ángela de la Campa viuda de Cabrera, mayor de edad
de esta vecindad domiciliada en la Avenida Hidalgo N° 40, dijo: que confiere
poder general amplísimo para actos de administración de dominio, negocios
judiciales en favor del señor Licenciado don Francisco Llamas Noriega vecino de
la Ciudad de León, Guanajuato, para que en su nombre y representación de la exponente, arriende, venda, compre,
ceda done, hipoteque, etc.,”
Apéndice documental.
En los
libros de Gobierno de la Parroquia de Jerez, Zac., en una visita del
Ilustrísimo Sr. Obispo de Guadalajara se encuentra lo que respecta a
testamentos.
“El que
otorgo don Isidro Abundio de la Torre instituyendo albaceas y herederos y
ordenando en la cláusula tercera se dieren a las mandas forzosas lo que sus
albaceas asignaran. En la quinta deja a su alma por herencia de sus bienes para
que sus albaceas los distribuyan en lo que les pareciere conveniente. Y por no
acreditarse el cumplimiento de esta cláusula mando su Señoría Ilustrísima a los
albaceas lo verifiquen dentro del término de 4 meses y haciéndolo constar así, desde ahora para
entonces lo dio por incitado y pagado en cuanto a la eclesiástica jurisdicción
toca.
Testamento
de don Pantaleón de la Torre.
El otorgado a nombre y con poder de don Pantaleón de la Torre
por el presbítero don Juan de Dios de la Torre y don Ignacio Miranda
instituyendo albaceas y herederos y
ordenando en la cláusula, se dieron a las mandas forzosas a un peso cada una:
en la séptima que sobre los bienes que deja a su esposa doña Isabel Peredo a
saber la casa de su morada con su homenaje, plata labrada de uso, seis piezas
de esclavos y las alhajas, así preciosas como comunes, se finquen mil
doscientos pesos en la forma que se expresará en la cláusula siguiente, y en
caso que con esta condición no admita su esposa la donación indicada, entrara
entonces a la masa común del caudal los citados bines y de ellos se pondrá la
finca. En la octava que dichos un mil doscientos pesos sean para que con sus
réditos se expensen los gastos de las 48 horas que esta patente el Divinísimo
Señor Sacramentado en esta Parroquia en tres días de Carnestolendas en la misma
conformidad, que se ha celebrado en los años anteriores por dicho don Pantaleón
quien encargo a sus albaceas solicitaran el Ilustrísimo Señor Diocesano se
extendiere a esta Parroquia la gracia concedida a las Parroquias sin que haya
fondos para sufragar estos gastos con la decencia debida respecto a la dotación
que queda hecha. En la décima que antes de la división de bienes se saque la
cantidad de setecientos veinticinco pesos y se entreguen al presbítero don José
María Patrón para la distribución que le comunico el testador: en la undécima
nombre por patronos de la obra pía que se ha de fundar con los un mil
doscientos pesos a don Ignacio de Miranda, y al alcalde ordinario más antiguo
que ahora y en adelante fuere de esta villa y aquel que por la falta del
primero nombre este para que le suceda en el patronato pasándolos por lo
respectivo al alcalde ordinario más antiguo los recados conducentes al muy
Ilustre Cabildo, y el sobrante del redito anual se invierta por los citados en
misas dando por cada una la limosna de dos pesos, y se aplicaran por las almas
del instituyente, y su consorte doña Isabel. En la décima quinta declara haber
sido albacea de don Salvador de la Torre su hermano, y que de esta
testamentaria hay una finca piadosa de 500 pesos con cuyos réditos se celebra
anualmente una misa a santa Gertrudis el día 16 de noviembre dando de limosna
diez pesos y los quince restantes se invierten en la celebridad de Nuestra
Señora del Rosario en la Dominica de octubre, ambas en esta villa; y de esta
obra pía deberá ser patrono luego que este habilitado don Juan Bautista de la
Torre, hijo del Instituyente, y después de este el que el nombrare, y en el
ínterin sus albaceas. En la décima sexta declara haber sido albacea de don
Isidro Abundio de la Torre, y tener cumplido parte de su testamento, y lo que
falta por cumplir harán sus albaceas para lo que hay sobrante veinte y ocho mil
pesos seis reales y siete octavos existentes en poder de don Tomas Calderón
vecino de Zacatecas veinte mil pesos, en el de don José María Nafarrate tres
mil, y en el de don Anselmo de la Campa, este y el antecedente vecinos de esta
villa mil pesos cuyas cantidades se hayan caucionadas con las correspondientes
fianzas e hipotecas, y los cuatro mil setecientos cincuenta y siete pesos seis
reales siete octavos en los bienes de dicho don
Pantaleón. En la décima séptima declara que la referida cantidad
perteneciente a la testamentaria de don Isidro se han de hacer las dotaciones
siguientes: Primera que se han de fincar seis mil pesos para la escuela de
primeras letras, y los trescientos pesos de sus réditos se han de dar
anualmente al maestro de ella quienes han de tener la obligación de admitir a
la escuela a cuantos niños se le presenten de cualquiera clase, calidad o
condición que fueren, cuidando como debe de ser buena crianza e instrucción y
de que asistan los jueves de cada semana a la misa de renovación y los domingos
del mes a la de cofradía, yendo en comunidad cantando la doctrina cristiana, y
regresándose en la misma conformidad a su escuela, y los sábados asistieran a
el rosario que se reza a María Santísima en la Iglesia Parroquial o en la Iglesia
Hospital encargándoles que en estos religiosas actos procedan con modestia,
orden y rueguen a Dios por los benefactores: que el maestro no reciba por vía
de paga ni las más leve cosa, ni los pensione a llevar los sábados velas, ni
otras cosas como suelen acostumbrar en algunas escuelas o casas de esta
naturaleza: que la lectura comience en los días de enseñanza en el invierno a
las siete de la mañana hasta las doce, y en la tarde de las dos hasta las
cinco, y en el verano, estío y otoño comenzaran a las seis de la mañana hasta
las doce y en la tarde desde las dos hasta las cinco y media, siendo la casa
del maestro contigua a la de la escuela sin que pague por ella renta alguna: en
la décima octava instituye por patrón de esta obra pía el muy Ilustre Cabildo
de esta villa, al Cura que ahora es y en adelante lo fuere de ella, y a don
Ignacio de Miranda y por su fallecimiento a los hijos varones de este
prefiriendo el mayor al menor, y en caso de no tenerlos lo sea el pariente
varón más inmediato de dicho don Pantaleón quienes ejercerán las funciones del
patronato procurando que la elección de maestro siempre que ocurra sea en el
más benemérito a cuyo efecto presamente deberá ser electo el sujeto en quien
recaiga el mayor número de votos, siendo los que deben votar los seis regidores
de oficio, el párroco y el patrón, y en el evento de que no esté completo el
número de los citados regidores botaran por los que falten aquellos
eclesiásticos hijos de la patria, que el cabildo, párroco y patrón por medio de
recado político soliciten a este fin, y en caso de que no haya patricios
eclesiásticos bastantes de los que haya vecinos completaran el número, y
saliendo dos sujetos con igualdad de votos se solicitara al síndico procurador
quien instruido por la junta que a este fin se ha de celebrar de los méritos de
los votados del suyo decisivo con respecto al que le parezca más idóneo por ser
tan interesante al estado la buena educación de la juventud. En la décima nona
que de dicha cantidad se finquen seis mil peos para que sus réditos se inserta
en el honorario de un Preceptor de Latinidad, y que siéndolo ahora el
presbítero don Juan de Dios de la Torre su albacea, era su voluntad que por
renuncia de este u otra causa le sustituyera en la preceptoría su ahijado don
Tadeo Ceballos, y después de este o en caso que antes de estar idóneo para ello
se verifique la dimensión del actual preceptor, interinamente lo nombrara el
patrono de esta obra pía de manera que no haya notable intermisión de tiempo, y
que fue su voluntad fuese el patrono don
Ignacio de Miranda, y después de sus días los hijos de este, cesando con ellos,
siguiendo en el patronato el deudo más inmediato del citado don Pantaleón
prefiriendo el mayor al menor, siendo condición que siendo iguales en idoneidad
los consanguíneos del referido don Pantaleón e hijos de la patria sean
preferido aquellos, y estos a los extraños que hallándose con aptitud soliciten
o sean solicitados para preceptores a quienes les encarga que no solamente
procuren la mejor instrucción en la latinidad, sino especialmente les inspire
el santo temor de Dios, observando para esta enseñanza el método de los días y
obras que se observa en el colegio tridentino del Señor San José de la ciudad
de Guadalajara y en el caso de que en algún tiempo se funde colegio u otra
catedra de niños esta deberá agregarse a la fundación de aquellas guardando
siempre para su provisión lo que antes se ha dicho sobre la preferencia de los
consanguíneos e hijos de la patria, y los escolares deberán asistir a la misa
de mes a tomar las varas de palio, o luces que se dieren en la procesión
ayudando el preceptor de que en este día verifiquen la confesión, y comunión
que generalmente se acostumbra en los colegios a llaman de regla.
En la vigésima que la referida cantidad de don Isidro se
funde una capellanía con principal de seis mil pesos, y trescientos de renta, y
la obligación al capellán de celebrar en cada un año seis misas por las animas
de los fundadores, y de asistir tres horas al confesionario desde la primera
dominica de cuaresma hasta la octava de Corpus inclusive, distribuidas las
horas en esta forma; una por la mañana y será de 8 a 9, y dos por la tarde que
serán de las tres y media a las cinco y media, de tal suerte que por ningún
motivo o precepto a menos que no sea por grave enfermedad pueda omitir la
asistencia diaria al confesionario, y en el caso que el accidente que lo
envarase se juzgue sea por días considerables como seis u ocho, solicitara el
capellán con ser con el estipendio que quiera asignarle de manera que no falte
en los días asignados, y en el caso de no verificarse así no será suya la renta
que se venciere en la falta, y la que fuere se aplicara a la fábrica de esta
parroquia, o a los pobres del lugar debiendo ser la asistencia en las horas
referidas ocurran o no penitentes, y para que esto por un efecto de prudencia
no se retraigan de llegar al confesionario, el capellán no podrá invertir el
tiempo que en él debe estar en rezar las horas canónicas siendo obligación de
dicho capellán residir en esta villa por ser la mente del fundador el
proporcionar a sus habitantes el mayor número de sacerdotes que les den el
pasto espiritual y el patrono deberá participar, y suplicar al párroco se le dé
el puntual cumplimiento de las obligaciones referidas. En la vigésima prima
nombra por primer capellán al presbítero don José María Patrón, en segundo a
don Domingo de la Torre, en tercero a don Pantaleón Barragán hijo legítimo de
don José María Barragán y de doña margarita Ruiz de Guadiana y por falta de
estos al deudo más cercano del referido don Pantaleón, y en el evento de que no
haya consanguíneos el hijo de esta patria más apto y más pobre prefiriendo
siempre en los llamados el mayor al menor, siendo el patrono de esta capellanía
don Ignacio de Miranda, y los sucesores de este según queda dicho en las
clausulas antecedentes. Y el preceptor de latinidad, maestro de escuela y
capellán penitenciario, para cumplir con sus obligaciones no podrán servir
otros empleos incompatibles con los de
su ministerio como son el de vicarios o tenientes de cura. En la vigésima
segunda ordena que en la citada cantidad se funde con el principal de un mil
pesos un aniversario para que con los réditos se celebre cada año por el alma
de don Isidro el día doce de enero en esta parroquia precediendo el día
anterior los dobles acostumbrados, y en caso de que haya sobrante el que fuere
se manden decir misas con la limosna de dos pesos por la anima del mismo don
Isidro, y han de asistir sin que se les asigne ni perciban cosa alguna el
referido capellán, el preceptor de latinidad, y maestro de escuela, el día del
aniversario con sus respectivos discípulos: nombrando por patronos de esta obra
pía a el alcalde ordinario menos antiguo de esta villa, que es y en adelante lo
fuere, y al precitado don Ignacio de Miranda, y por su defecto los sujetos que
están nombrados por tales en las anteriores. En la vigésima tercia ordenó que
de la misma cantidad se finquen cuatro mil pesos y su redito se le dé a doña
Inés de la Torre, su hermana durante los días de su vida y después de ellos se
inviertan dichos cuatro mil pesos en los gastos que erogare la solicitud de la
colocación del templo de Nuestra Señora de Guadalupe que se está fabricando en
esta villa y el sobrante se invierta en adorno del mismo templo del que fue su
voluntad del testador fueran patronos sus albaceas don Juan de Dios Torre y don
Ignacio de Miranda, y después de sus días los que nombraren estos. En la
vigésima cuarta que deducidas las fundaciones que quedan asentadas y los gastos
que se erigieren en ellas, se asigne el principal que parezca a su albaceas
bastante a suplir los reparos que necesiten las casas de enseñanza, y con la
restante cantidad se funde un ramo de capellanía de que será el primer capellán
don Juan Bautista de la Torre su sobrino, y por su defecto al consanguíneo más
inmediato del enunciado don Pantaleón, siendo los patronos de ella los
capellanes que la sirven, y las pensiones que deba tener deja al árbitro de sus
albaceas, quienes con respecto al principal se las pondrán: en la vigésima
sexta declara el testador haber llegado a su noticia que don Ignacio Dávila
marido y conjunta persona de doña Josefa Peredo quien fue mujer de don Isidro
de la Torre intentaba promover Litis representando haber sido agraviada su
esposa en lo que le pertenecía de gananciales de su primer matrimonio, y que
como esta solicitud se da en deshonor de ambos testadores era su voluntad que
de las dotaciones referidas pertenecientes a la testamentaria de don Isidro no
se finquen hasta que se califiquen haber procedido con cristiandad y honradez,
gastándose en el Litis que se prepara dé cuenta de la testamentaria lo que
fuese necesario: en la trigésima octava ordena dicho don Pantaleón que una quinta parte de su caudal se
distribuya por sus albaceas en los pobres de esta villa: en la Trigésima nona
que de otra quinta parte de su caudal se saquen tres mil pesos para ayuda del
templo que se intenta fabricar a Nuestra Señora de la Soledad que se venera en
la Iglesia Hospital de esta villa, en caso que dentro de un competente termino
y según el estado de las diligencias que a este fin se han practicado estimen
sus albaceas bastante y en el de no verificarse lo inviertan a su arbitrio en
los cultos de la misma imagen, dándose de esta quinta parte a su hermana doña
Inés de la Torre quinientos pesos: cien a su hermana política doña Marian del
Rio y Loza, y cien pesos a cada uno de los cuatro hijos menores de esta: en la
cuadragésima que de la otra quinta parte se saquen dos mil trecientos pesos
para lo que les comunico privadamente a dichos albaceas. En la cuadragésima
tercia declara tener en la casa que fue de José Suarez por lo que este le salió
debiendo, y la que fuere deja a Nuestra señora del Rayo que se venera en
Susticacán, en su vista dijo S. S. I. se cumpla por los albaceas con lo
prevenido por el testador en las clausulas antecedentes dentro del término de
trece meses. Y para que no se tarden las fundaciones piadosas respectivas al
testamento de don Isidro Torre mando que dichos albaceas se presenten ante la
Justicia ordinaria para que se reconvenga a don Ignacio Dávila a fin de que represente
el derecho que tenga su mujer doña Josefa Peredo a los bienes del citado don
Isidro, o se desista del dejando expedita la testamentaria para que se proceda
a dar cumplimiento a lo ordenado de cuyas resultas darán cuenta dentro del
término de tres meses, y de la ejecución de todo lo demás así que haya verificado, bajo cuyas condiciones,
desde ahora para entonces dio su Señoría Ilustrísima por visitado dicho
testamento, y pagado en cuanto a la eclesiástica jurisdicción toca”.
Guadalupe, Zac., Semana Santa de 2020.
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Panorámica de Jerez desde la casa que fue de don Ignacio Dávila Escovedo. Fotografia: Bernardo del Hoyo Calzada.
Panorámica de Jerez desde la casa que fue de don Ignacio Dávila Escovedo. al fondo La Parroquia de la Inmaculada. Fotografia: Bernardo del Hoyo Calzada.
Reloj de Sol colocado por don Ignacio Dávila Escobedo y doña Josefa Peredo.
Interior de la casa en que vivió doña Refugio Dávila Félix de Campa.
La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.
La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.
El poeta jerezano Lic. don Ramón López Velarde y Berumen, colección: Doctora Gloria López Velarde y Zapata, hija de un hermano del poeta.
La casa de don Ignacio Dávila Escobedo en Jerez, Zac.
El Santuario de la Soledad de Jerez.
Interor del Santuario de la Soledad de Jerez.
El Santuario de Nuestra Señora de la Soledad de Jerez en los dias del novenario a fines del siglo XIX.
Reloj de sol en la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.
Reloj de sol en la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.
Placa de cantera en la casa de don Ignacio Dávila Escobedo.
Panorámica de Jerez, con la Parroquia y el santuario al fondo. Colección: Concepción Ortega Márques.
Pórtico del Santuario de la Soledad de Jerez, colección familia Moto del Hoyo.
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El pozo de la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.
El pozo de la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.
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Retrato de Nuestra Señora de la Soledad de Jerez, fines del siglo XIX. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Foto estereoscópica de Jerez, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Foto estereoscópica de Jerez, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Don José Gabriel de la Campa Llamas.
Doña Refugio Dávila Escobedo Félix de Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Doña Refugio Dávila Escobedo Félix de Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Doña Petra Félix de Arallano de Dávila. Colección: Bernardo del Hoyo Calada.
La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.
La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.
La niña Ángela de la Campa Dávila. Colección: Teresa Montoya del Hoyo.
Doña Ángela de la Campa Dávila de Cabrera.
Doña Ángela de la Campa Dávila de Cabrera y su nieta Elena del Hoyo Cabrera.
Don Antonio del Campa Irolo y su esposa María de Jesús Vazquez de Campa.
Don José Cipriano de la Campa Dávila.
Doña Vivianita de la Campa Irolo, colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Doña Vivianita de la Campa Irolo de Sanchez y sus hijos los Sánchez Campa.
Don José Sebastian Cabrera Acuña. Coección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Dr. don Pedro Vélez de la Campa y Zuñiga Fajardo.
Dr. don Pedro Vélez de la Campa y Zuñiga Fajardo.
Don Sixto Cabrera de la Campa. Colección: Bernardo del Hoyo Calzada.
Don Joaquín Cabrera de la Campa.
Doña Carmen Cabrera de la Campa de del Hoyo.
Doña Carmen Cabrera de la Campa de del Hoyo.
Ángela Cabrera de la Campa.
Don León Cabrera Llamas y Kita Reveles.
Don Jesús Cabrera de la Campa.
Don Pantaleón y don Isidro Abundio de la Torrre, retrato que existió en el Instituto Jerezano de Cultura, antiguo edificio de la Torre se lo llevó que según eso para restaurarlo y ya nunca lo regresó, el que en ese tiempo era Director de Obras Publicas del Gobierno del Estado.
Francisco de la Campa Vazquez.
Interior del Templo de Guadalupe, Zac., cuando no tenía bancas.
Foto estereoscópica de la Plaza Principal de Jerez, ahora Jardin Rafael Páez. Cortesía de Luis Miguel Berumen Félix.
Plaza de Tacuba y Portal de los Llamas en Jerez, Zac., a un costado se aprecia parte de la casa de don Ignacio Dávila Escobedo. Foto Cortesía de Luis Miguel Berumen Félix.
Interior de la Catedral de Zacatecas, cuando no tenía bancas.
Retrato al oleo de don Pantaleón e Isidro Abundio de la Torre, por Martha Georgina Muro Glez. Galería de los Presidentes Municipales de Jerez, Zac.
La plaza de Tacuba de Jerez, Zac., al fondo la casa que fue de don Ignacio Dávila Escobedo.
Pórtico y portada principal del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac.
Portada del primer libro de mi tio Eugenio del Hoyo, con dibujos que el mismo realizó para su libro.
Placa de mármol blanco en la portada del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
La antigua Plazuela Dávila, ahora de Tacuba, Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
Placa de mármol blanco en la portada del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
Placa de mármol blanco en la portada del Santuario de la Soledad de Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.
El Portal de los Llamas, ahora de Las Palomas, en Jerez, Zac., fotografía: Bernardo del Hoyo Calzada.